NOTA:

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Hola a todos. Este no es un capítulo, solo quiero, compartir el prólogo de la historia de Nicolás, y aunque no es la que escribiré a continuación, ésto ya lo tenía y lo comparto. En un futuro empezaré a escribirla esperando que sea de su agrado y que me acompañen como lo han hecho hasta ahora. Gracias.

PRÓLOGO:
Verónica miró a los lados, su corazón latía acelerado, por un momento pensó que los hombres que la perseguían habían quedado atrás, con horror se dio cuenta de que aún estaban tras de ella, observó como la buscaban con la mirada, la habían perdido, pero, era cuestión de voltear hacia donde ella se encontraba y todo habría terminado.

Sin pensarlo intentó abrir un lujoso auto que estaba junto a ella, estaba cerrado, era obvio, nadie dejaría su auto abierto.

Miro de nuevo hacia los hombres que seguían buscando,

Agazapada como estaba, detrás de los autos estacionados, paso al siguiente, quizás algún despistado hubiese dejado el suyo abierto, pero no.

Se estaba quedando sin opciones, uno de los hombres se dirigía hacia donde ella se encontraba, iba a continuar su huida, cuando al jalar la manija del último auto, la puerta cedió y se abrió ante ella.

Sin pensarlo se introdujo.

Unos hermosos ojos cristalizados, la miraban sorprendidos.

Ella miró hacia afuera, el hombre estaba prácticamente sobre ellos, iba asomándose de auto en auto. Ella no lo pensó más, tomó al dueño de esos ojos inquietantes y lo jaló hacia ella.

_ Bésame. - dijo rodeando su cuello con sus manos y cerró los ojos.

Nicolás, miraba absorto la fotografia de su familia, en ella estaban todos, menos él, habia sido tomada recientemente, todos sonreían a la cámara, sus padres y sus tres hermanos un jovencito de 15 años, una niña de 12 y otra de 9.

Estaba enojado, con sus padres, con él mismo. Todos estaban muertos y lo lamentaba, pero ellos habían escogido ese estilo de vida, sin embargo sus hermanos no y el nunca había intentado alejarlos de eso. Quizás no hubiersen querido dejar a sus padres, pero nunca lo sabría, porque nunca lo intentó, y ya era demasiado tarde.

Se limpió con la mano una lágrima que surcó su rostro. Guardó la fotografía y se disponía a arrancar el auto cuando de pronto la puerta del lado del copiloto se abrió abruptamente.

Una hermosa mujer se introdujo, mirándolo también sorprendida.
No tuvo tiempo de pedir explicaciones, ella lo jaló hacia sí y lo besó, prácticamente había quedado encima de ella cubriendola, él se dió cuenta de inmediato, que era eso lo que buscaba, cuando alcanzó a ver de reojo a un hombre asomándose al interior, el la cubrió lo más que pudo y respondió al beso que ella le estaba robando.

No supo cuánto tiempo estuvieron así, pero para él fue una eternidad, no quería que terminara, sin embargo, ella se separó.

Apenas estaba abriendo la puerta para marcharse, cuando se regresó cerrando de nuevo.

_ ¡Arraca! _ pidió. _¡por favor! - lo urgió.

Por el retrovisor miro al hombre que había pasado momentos antes.

Regresaba revisando de nuevo los autos.

El movió su auto despacio para no levantar sospechas, mientras tanto, ella se había pegado a él, abrazandolo y ocultando su rostro sobre su pecho.

Una vez retirados de ahí aceleró el auto.

Nicolás Trevizo Moran. Era un hombre de la sierra, no porque quisiera serlo, había nacido allá, y aunque buscaba con todas sus fuerzas desligarse de todo lo que eso conllevaba, sabía que jamás lo lograría, solo por una causa... Era sobrino de Damian y Santiago Moran, hijos de un extinto y reconocido jefe del crimen organizado de aquella región. Jamás lograría deshacerse del apellido Moran y no quería hacerlo. Amaba a sus tíos, la unica familia, que le quedaba y luchaba por complacerlos.

Su vida se resumía en estudiar, estaba por graduarse de su carrera, trabajar, lo hacía, en las empresas de sus tíos además de estar levantando la suya propia y tratar de no meterse en problemas, pero esto era algo difícil, los problemas venían a él.

Como ahora, que manejaba a toda velocidad, no sabía hacía donde, ni a quien llevaba consigo, mucho menos de que era de lo que huían.

¿Sería capaz de detener el auto, bajar a la chica y seguir su camino como si nada hubiese sucedido?

La miró, su rostro pálido y desencajado le dijo que no... No sería capaz de hacerlo.

Tomó con fuerza el volante, volvió la vista, al frente y siguió su camino.

Que viniera lo que tenía que venir. Se dijo y acelero.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora