CAPÍTULO 33 A UN PASO DE ELLA

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Damián miró desde la pantalla de su computadora el área de recepción, veintiocho pisos más abajo.

Maldijo con los puños apretados, ¿qué hacía su hermano ahí?

Le había dejado claro que no podía entrar sin su autorización previa, sin ser invitado o sin tener una cita agendada con anterioridad, para lo cual tenía que tener una diligencia que realizar y él no tenía ninguna, lo sabía.

Se puso de pie, bajaría él personalmente, no quería que por ningún motivo se fuera a encontrar con Laura, aunque las probabilidades eran casi nulas, pero aun así no quería arriesgarse. Tomó uno de los elevadores y apretó el botón de la planta baja.

Una vez abajo, en recepción buscó con la mirada y no encontró a su hermano, ¿en dónde se había metido? Un sudor frío empezó a correr por su cuerpo.

_ En donde está el hombre que estaba hace unos momentos aquí? - casi gritó a la recepcionista.

_ ¿Se refiere a su hermano? - dijo ella tensa.

_ Si, ¿en dónde está?

El personal de seguridad ya estaba junto a él al notar la tensión en el lugar.

_ ¿En dónde está? - volvió a preguntar exaltado ante el silencio.

_ Él dijo que usted lo esperaba. - contestó el guardia de seguridad que cuidaba la puerta, dijo ser su hermano y como usted lo recibió hace unos días.

_ ¿Y me pueden decir en qué momento di la orden para dejarle pasar sin cumplir con los protocolos establecidos? - gritó furioso. _nadie que no esté autorizado puede entrar a este lugar. - ordenó. _ahora averigüen en donde se encuentra.

El guardia hizo una llamada rápida y se volvió hacia Damián que se encontraba furioso.

_Está en el piso de gerencia.

Aún no terminaba de hablar cuando Damián ya estaba dentro del elevador rumbo a su oficina, estaba sumamente molesto, si la, seguridad hubiera funcionado correctamente, lo primero que hubieran hecho era llamarlo y verificar si él, en realidad era quien decía ser, aunque ya hubiese estado ahí en otra ocasión y él lo hubiera recibido, lo segundo era saber si él autorizaba que Alfonso subiera hasta su piso y después su secretaria comprobaría si todo estaba correcto y si aun estando ahí en gerencia, el aceptaba recibirlo, pero todo había fallado.

En cuanto las puertas del elevador se abrieron el salió casi corriendo, su molestia fue mayúscula cuando se dio cuenta de que no se veía por ningún lado, su secretaria se encontraba sola.

_ ¿En dónde está? - gruñó. Ella levantó su mirada sobresaltada ante la agresividad de su jefe.

_ ¿Su hermano? - titubeó. _ Se encuentra en su oficina.

_ Maldición. ¿Que ya nadie hace su trabajo como es debido? - la fulmino con la mirada. ¿Porque rayos lo dejó entrar?

_ Es... su hermano. - tartamudeo asustada. _dijo que... usted... Le había pedido... Esperarlo... Ahí. Yo... Supuse...

_ No tenía que haber supuesto nada. - grito. _para eso existen los protocolos. ¿Cuándo le dije yo que podía meter a cualquiera, a mi oficina? ¿Y sobre todo si yo no estoy?

_ Pero... Es su hermano.

_ No me importa quien sea. - golpeó el escritorio. Jamás, nadie, debe entrar a menos de que yo se lo diga expresamente, ¿entendió?

Ella asintió. Estaba asustada, nunca lo había visto en ese estado, lo había visto enfadado, lo había visto ser duro e implacable, pero ahora había perdido el juicio. Lo miró alejarse y dirigirse por fin hacia su oficina. Suspiro cuando lo vio desaparecer, pero de inmediato se tensó de nuevo, había olvidado decirle que la Licenciada Laura Domínguez también había ingresado a su oficina, cuando menos su hermano no estaba solo, si es lo que su jefe temía.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Where stories live. Discover now