Te odio mi amor

EXTRA

Despierto y apago el despertador, mientras mis ojos se abren para ver entre mis brazos a la persona que más amo en este mundo, con perdón de mis lindos hijos. Llevamos juntos diez años y mi amor no hace más que crecer. Beso con suavidad su frente, tratando de que no se despierte.

Me levanto y corro a la cocina para comenzar a preparar los desayunos. Mientras se va calentando la leche y los panes, corro al dormitorio para despertar a los pequeños de la casa, saben que no han de hacer ruido, se van al baño y les dejo sobre las camas la ropa con la que irán hoy al colegio.

Cuando ya tengo los desayunos en la mesa, ya están devorando todo. Me ducho y despierto con besos a mi dulce marido, para ir al dormitorio de los niños y cerciorarme que hicieron sus camas, paso por la cocina donde dejo todo recogido y el desayuno de mi amor en la mesa para que coma tranquilo.

Los llevo al colegio y me encamino al trabajo, donde me espera mi secretaria personal con la agenda del día y mil millones de documentos que revisar y estudiar. Así es el día a día de mi vida, todas las mañanas son así y no podía ser más feliz.

-Hola, te llamaba para recordarte, que habíamos quedado que hoy recogías a los niños, este fin de semana se quedan contigo.

-Sí, te había dicho que no había problema. Para eso son mis sobrinos, así juegan con sus primos.

-Muchas gracias.

-De nada, diviértete.

-Hola.

- ¡Hola! ¿Qué haces aquí?

-Vengo a recogerte.

-Estoy trabajando, aún no puedo salir.

-Disculpe jefe, sí que puede, aquí está la petición de salir antes del trabajo, firmada y sellada. -Uno de sus compañeros sonríe feliz de ayudarme.

Me encanta y disfruto viendo su cara de sorpresa. Ahora que tengo su atención le doy el enorme ramo de rosas rojas que le tenía preparado. Su cara va poniéndose roja de la emoción, veo sus ojos brillando de felicidad.

-Vamos, dulzura, aún tengo más sorpresas para ti.

-Pero yo no preparé nada, lo siento.

-Tenerte en mi vida, ser capaz de despertar cada día contigo entre mis brazos, vivir juntos con nuestros hermosos hijos, es más que suficiente, nunca te estaré lo suficientemente agradecido por permitirme estar a tu lado.

Le seco las lágrimas que salen de sus emocionados ojos, para seguir avanzando hasta donde tengo el coche.

- ¿Dónde me llevas?

-Un viaje sorpresa, este fin de semana nos vamos a la isla de Pascua, sé cuánto deseabas conocerla.

Suelta un grito mientras me abraza, lleno de emoción, cuando por fin se serena conduzco hasta el aeropuerto, donde nos espera el avión privado de la empresa. La empresa es de mi familia, así que obviamente puedo usarlo cuando desee, aunque me costó un poco que mi padre me dejara utilizarlo, menos mal que mi madre me ayudó a convencerlo.

Llevamos unos minutos de vuelo, cuando por fin puedo soltar el cinto y acercarme a Saúl. Está fascinado leyendo los documentos que le preparé, donde consta todo lo que haremos este fin de semana largo. No volveremos hasta el martes.

-Eres tan hermoso, ven deja que te bese.

- ¿Qué? no, ni de broma, y si viene el auxiliar de vuelo y nos ve.