CAPITULO 16

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Llegaron las fiestas navideñas y para su fortuna los padres de ambos tenían planes, por lo que Saúl no tuvo que verse ni estar con Rafa para disimular. Las fiestas las pasó en su casa, preparó un banquete e invitó a su hermano y sus amigos Adrián y Lucas.

Tanto Navidad como fin de año estuvieron los cuatro adultos con la niña. Gracias a ellos se divirtió y no se dejó llevar por la tristeza en la que estaba sumergido, luchaba contra ella para que su hija creciera en un buen ambiente y no preocupar a nadie.

Solía encontrarse con Rafa a causa de Aridian, este se mostraba educado, correcto y aunque siempre sentía una sacudida cuando le veía, no era tan horrible como esperaba que fuera. En enero empezaron todos los exámenes, tenía tanto trabajo, entre la niña, las clases, estudiar, hacer trabajos, que cuando por fin terminaron estaba exhausto.

Llevaba unos días sintiéndose muy mal, tenía algo de fiebre, la comida le asqueaba, se sentía muy agotado, le dolía la cabeza y no sabía qué más cosas, Estela preocupada le había obligado a pedir hora con el médico, aunque ambos sabían que sería agotamiento, Estela le dijo que seguro le mandaría vitaminas o algo.

Finalmente, el médico pidió unos análisis, ya que no estaba seguro de que podría ser y que pidiera hora en diez días para saber los resultados. Mientras seguía sintiéndose fatal.


-Rafa, hola, siento molestarte, ¿puedes hablar un momento?

-Sí, dime, ¿le pasó algo a la niña?

-No, la niña está perfecta, soy yo, no me encuentro bien últimamente. Quería pedirte si hasta que me vaya sintiendo mejor puedes encargarte de Aridian por las mañanas.

- ¿Tan mal estas?

-Sí, si no fuera así, no te lo pediría.

- ¿Has ido al médico?

-Sí, me mandaron unos análisis, los resultados los tengo en diez días, entonces sabré que me pasa y que me manda.

-De acuerdo, me ocupo de la niña todas las mañanas, el fin de semana me la quedaré yo para que descanses.

-Muchas gracias.

-No tienes que darlas, siempre la cuidas tú y es de los dos. Por cierto, te acompañaré al médico, estoy preocupado, quiero saber lo que te diga.

-No hace falta.

-Sé, que no me necesitas. Aun así, déjame ir.

-Está bien.


Los días pasaron y aunque Rafa se había volcado ayudando todo lo posible y con más tiempo para descansar, seguía más o menos igual así que cuando por fin llegó el momento de ir al médico se encontraba ansioso de saber qué le pasaba.

Rafa pasó a recogerlo en su coche y mientras hablaban de las clases y la niña llegaron al centro médico. Saúl no sabía cómo había hecho Rafa para poder disponer de tanto tiempo para ayudarles esos días, pero parecía cansado y agobiado. Saúl supuso que habría tenido fleje de broncas con Noelia.


-Hola Saúl, ya por fin tenemos aquí las pruebas, supongo te sentirás igual. Me alegra que hayas venido con tu alfa. No te dije nada, pero las pruebas que pedí para ti fueron para distintas cosas, aunque estaba más o menos seguro de que tiene y he de decir, que acerté.

- ¿Es anemia?

-No, nada de eso, ¡Felicidades! estás embarazado.

Los dos se quedaron de piedra sin saber qué decir. El médico feliz no se dio cuenta mientras le decía que bajara a recepción para pedir cita con ginecología lo más pronto posible. Mientras Rafa ayudaba a Saúl a salir y hacían lo que el médico les dijo.

Te odio mi amorWhere stories live. Discover now