CAPITULO 7

1.2K 123 15
                                    

-Ven, vamos a ducharnos, puedes acostarte en el salón mientras preparo el desayuno, te has portado muy bien, me has hecho disfrutar. Tu pequeño culo sabe exprimirme bien.

El omega sonrojado y sintiéndose muy tímido, solo acertó a dejarse asear, secar y vestir por ese alfa que parecía disfrutar diciendo cosas que le avergonzaban. Mientras esperaba por el desayuno encendió el televisor zapeando sin saber muy bien que dejar.

-Nuestros padres vendrán en un rato. Come todo esto y toma la medicina, voy a recoger la habitación y el baño.

-Gracias, por el desayuno. ¿No vas a comer nada?

- ¿Te preocupas por mí? eres un muy buen putito, solo por proporcionarte algo de placer hago que se te ablande el corazón y te preocupes por mí.

-No, no es eso.

- ¿En serio? Amor siento el anhelo de que te toque y esté contigo. Solo tienes que ser sincero y pedirlo, te aseguro que me tendrás en tu interior.

-Yo no soy, es el bebé, le tranquilizas.

-De acuerdo, pensaré que es así. De todas formas, no tardaré mucho en recoger y después comeré algo. Descansa y cuida a mí "Cachito".



-Te dijimos que tuvieras cuidado. ¿Qué has estado haciendo? Más te vale que te cuides, que no le pase nada al bebé.

-Sí, no quiero asustaros. Ya todo está bien, pedí hora con mi médico y mañana por la tarde nos verá. -Nunca revelaría como de tormentoso eran las cosas en su casa, ni lo insufrible que era la vida con Rafa.

-A otra cosa, hablando los cuatro, hemos decidido contratar a alguien que se encargue de hacerte compañía mientras Rafa estudia, te cuidará y se encargará de hacer las comidas. También vendrá alguien a que limpie, lo importante es el bebé y que estén tiempo juntos.

-Ves amor, es como yo te decía, se iban a asustar mucho.

Los padres se emocionaron al verlos tan bien. En ellos se olía que mantenían relaciones, Rafa acariciaba y tocaba al pequeño y hasta le llamaba amor delante de sus familiares, estaban emocionados sin ser consciente del desprecio con el que se pronunciaba la palabra, ni como cada vez que Saúl la escuchaba se estremecía de dolor.

-Por cierto, Juan quería venir, pero como no sabíamos cómo estarías, no le dejamos. ¿Puede venir mañana?

-Sí. -Se llenó de dicha el pequeño omega, adoraba a su hermano y necesitaba su cariño.

-No -Dijo casi a la vez el alfa. -Mañana vendrá, quien haga compañía a Saúl, mejor dejarles tiempo a solas para que se acostumbren, aparte por la tarde tenemos el médico. Más adelante cuando Saúl esté más calmado le decimos de venir.

-Tienes toda la razón. Se te ve tan lindo preocupándote por nuestro hijo y protegiéndolo.

Saúl bajó la cabeza, se sintió muy triste y no pudo decir nada para no cambiar la decisión, se estremeció cuando la mano de Rafa se posó en su cabeza como para darle ánimos, cuando miró sus ojos, estos le devolvieron una mirada helada y enfadada, no quería el olor de Juan por su casa.

-Ya tenemos que irnos, les dejamos que descansen. Mañana vendrá la persona que te hará compañía, cuando se vaya nos dices si quieres que sea contratada.

-De acuerdo, muchas gracias por vuestra ayuda y siento mucho la preocupación creada.

Todos se despidieron y dejaron solos a la pareja, el alfa tras cerrar la puerta se recostó en el sillón abrazando al omega mientras acariciaba su pequeña barriga y lamia la marca, posesivo y dominante, no permitía que el omega se separara ni un centímetro de su cuerpo.

-Duerme un poco omega, deja que el bebé se relaje y me sienta. Que sepa cuanto lo quiero.


A su pesar se quedó dormido y cuando despertó el alfa estaba llevando una bandeja con comida para los dos. Tras almorzar le llevó al baño para cepillarse los dientes y lo dejó sobre la cama del dormitorio.

-Llevo toda la mañana durmiendo, no voy a descansar más, quiero ver la tele.

-No amor, no vamos a descansar, ya que me tomé el día libre quiero disfrutarlo. Quiero que me entretengas.

- ¿Cómo? -El miedo empezó a recorrer su cuerpo, que exigiría ese maníaco ahora, su sonrisa le aterrorizaba y sentía como una gran excitación aumentaba en el alfa.

-Desnúdate, tócate para mí. Haz con tus manos lo que las mías hicieron antes en ti. Quiero ver como te masturbas. Empieza.

-No, por favor, es demasiado vergonzoso.

-Venga amor, ya verás como se te da bien, eres un putito increíble. Si te portas bien y me lo pides hasta dejaré que mi polla te entretenga.

Mientras el asustado omega empezaba a quitarse la camiseta una fuerte arcada le sacudió, haciendo que saliera corriendo al baño donde echó lo que tenía en el estómago. Rafa preocupado le ayudó a limpiarse y le acostó en la cama, poco después le trajo una menta poleo he hizo que lo tomara. Tras retirarle la taza regreso al dormitorio donde un agotado Saúl le esperaba.

-Rafa, tenemos que hablar, entiendo que estás acostumbrado a tener una vida sexual muy intensa y escandalosa. Sé que te cuesta abstenerte, hay ciertas cosas que estoy dispuesto a hacer, pero por el bien del bebé, por favor, deja de ser tan exigente y obligarme a tantas cosas. -Se retorcía las manos, temblaba y no miraba al alfa mientras hacía su queja, no quería ver la expresión que tendría, estaba aterrorizado y a punto de llorar. -Estoy muy preocupado, nunca sé qué me vas a exigir y sabes que me mandaron reposo absoluto,

Rafa veía como Saúl temblaba de temor, aunque tuvo el valor de decirle como se sentía y pensaba, joder aún podía conseguir que le admirara. Sintiéndose enfadado consigo mismo usó su tono más venenoso, feliz de las reacciones de su marido.

-De acuerdo, tendremos sexo normal, no te pediré cosas que afecten a un puritano como tú. Mañana hablaremos con el médico para saber si es posible y cuantas veces. Te cuidaré y seré atento, dejaré que pases un embarazo tranquilo, pero espero lo recuerdes y te muestres muy agradecido en el futuro.

-Muchas gracias. -Suspiró feliz, aunque le preocupaba lo que tendría que hacer en el futuro por este lapsus en el que no le molestaría demasiado. No entendía porque el alfa le odiaba tanto.

-Deja hueco para mí. Quiero hablar con mi bebé.

-Nuestro bebé.

-No amor, mi bebé, todo lo que hay aquí me pertenece solo a mí. Espero que vayas teniendo claro este tipo de cosas, ahora mejor te callas mientras le cuento un cuento.

Mientras acariciaba la barriga del omega, acercando su boca a ella comenzó a leer un cuento que habían traído los padres de Saúl. La profunda y serena voz del alfa iba tranquilizando al omega, poco a poco se le fueron cerrando los ojos y ya dormido terminó buscando refugio entre los brazos de su alfa. A pesar de todo, su naturaleza le movía a buscar cobijo y protección de su alfa, aunque este era quien le aterrorizaba.

El alfa no podía evitar sentirse orgulloso y acercando el cuerpo del pequeño omega al suyo, le abrazó y besó su cabeza varias veces.

Continúa>>>

Te odio mi amorUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum