34: Feliz cumpleaños Tamara.

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Feliz cumpleaños Támara...

Si, muy feliz cumpleaños.

Mi gran día había llegado, el día en que salí del vientre de mi madre y que claro, aún me sigue reprochando las estrías qué le saco el haber estado embarazada de mí. Pero sé que me ama con todo su ser.

—¿Lista? —me preguntó Shane subiendo mis maletas a su auto.

Asentí con entusiasmo—. Si, sólo hacía memoria de lo que llevó para no olvidar nada —le sonreí. Él asintió y besó mi cabeza. Se dio la media vuelta y entró a la fraternidad de nueva cuenta por sus cosas.

Mierda que nervios.

¿Por qué estoy tan nerviosa? Déjenme adivinar. Quizá porque mi novio y mi amigo se odian profundamente.

Y si, hablo de James. Esto será jodidamente incómodo.

—Támara, ¿qué esperas? —me preguntó Alex, quien ya estaba montada en el auto de Shane. Parpadeé un par de veces dándome cuenta que mis amigas ya estaban dentro de la parte trasera del auto.

Y Shane estaba en el asiento del conductor con sus gafas de sol esperándome con su brazo izquierdo descansando sobre el volante y el derecho en la porta vasos.

Verlo es tan placentero. Podría verlo siempre y seguir sintiendo lo mismo siempre.

Me monté en el asiento del copiloto y les sonreí con inocencia ya que he andado muy distraída el día de hoy. ¿Se me nota?

Shane aceleró su auto juntó al de Nathan donde venían Aidan, Jason, James, Ben y Mónica.

—Vamos a llegar a la tienda que está de camino —avisó Nathan. Shane asintió con la cabeza—. Te seguiremos.

Shane aceleró adelantándose, Summer puso música, todas veníamos cantando al unísono mientras Shane solo sonreía.

Tengo la esperanza de que éste sea un buen día.

***

—¡Ew, Jason! —exclamó Summer con una mueca de asco.

—Son solo hongos Summer —bufó Jason rodando los ojos mientras que rotaba el pequeño hongo entre sus dedos.

El lugar era hermoso. Amo venir aquí. El clima era húmedo, rodeados de árboles y arbustos que podría describirlo, en una palabra: verde.

—Qué asco James —dijo Mónica con una mueca debido a que James se acababa de comer un hongo.

Aidan soltó una carcajada—. Son alucinógenos.

Volteé a mirarlos de inmediato con el ceño fruncido—. Compórtense —gruñí.

Ellos pasaron frente a mí.

—Cómo tú digas —dijo James con algo de hastío pasando a mi lado.

Suspiré y los seguí entrando a la hermosa casa de Nathan. De tipo rústica de dos plantas.

Sentí unas manos rodearme la cintura y besar un lado de mi cabeza. Ése olor tan familiar y esos musculosos brazos...

Shane.

Me giré quedando frente a él, sus intensos ojos color miel atraparon los míos, su respiración es tranquila su mirada dice tanto que me hace desear comérmelo.

Éste día amanecí muy, muy hormonal. Mis hormonas están como locas desde que lo vi esta mañana vistiéndose. Su abdomen bien marcado, sus grandes músculos solo me hacían pensar en cómo se flexiona sobre mí y...

Mi inmaduro favorito. ✔Where stories live. Discover now