12: Estúpido inmaduro.

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James y sus chicos llegaron a nuestra fraternidad.

—Summ, ¿recuerdas el vodka que tienes bajo tu cama? —pregunté mientras me sentaba a su lado.

—Sí, ¿por qué? —frunció el ceño. No le gustaba a donde iba con esto.

—¿Nos la darías? —preguntó James.

Sus ojos se abrieron de par en par y encaró a James—. ¡No!

—Bagh —gruñó—. ¿Por qué?

—Lo necesitó cuando estoy triste.

—¿Después de estar con un maldito idiota? —le preguntó Jason.

—Jay, si estás enamorado de mí solo dímelo —acarició su mejilla y él se estremeció ante el contacto, pero no se apartó.

—Me preocupo por mi Summy —la miró con comprensión y tomó la muñeca de Summer.

Ella me sonrió dulcemente.

—Summ, esa cosa no se toma sin algo más —le dijo Aidan.

—Me vale.

—Mira, si quieres ir a la fiesta, te veo más que lista necesitamos esa botella.

Bufó.

***

—No fue un sacrificio, ¿o sí? —le pregunté mientras íbamos en camino a la fraternidad nueva.

—Sí, lo fue. Ustedes me comprarán una —nos fulmino con la mirada.

Cuando llegamos a la puerta recordé que olvidé mi celular en la escalera afuera de mi fraternidad, qué normal y estúpida, ¿no?

—¡Dios, Shane! —exclamé.

—¿Qué? —preguntó asustado.

—Olvidé mi celular en el pórtico de la fraternidad.

Chasqueó la lengua—. Vamos por él.

Los chicos entraron, Shane y yo fuimos corriendo, cuando lo tomé volvimos corriendo, a medio camino me doblé el tobillo y caí.

—¿Qué rayos? —gritó Shane de la risa.

—Me duele idiota —grité de dolor.

Él se puso serio, o bueno, eso trato. En un imbécil, inútil e todo lo que comience con "i" y que sea ofensivo, aplanó los labios y se dirigió a mí y me tomó en sus brazos, cuando llegamos me bajó lentamente, dejé mi brazo alrededor de sus hombros y él me sostuvo de la cintura.

—Ay, pero qué tierno —dijo un chico.

Rodé los ojos.

—Que no es mi novio —bufé.

—Me encanta la etapa de la negación —sonrió Shane. Rodé los ojos.

Caminamos para entrar a la fraternidad, pero un gigantón nos detuvo.

—¿A dónde van? —nos preguntó con el ceño fruncido y parecía casi uno de esos guardias que estaban siempre afuera de las discotecas.

—Adentro —respondí con obviedad, rodé los ojos.

—No pueden entrar.

—¿Y por qué? —solté a Shane y me crucé de brazos.

—Porque no traen alcohol, así de fácil —copió mi pose.

Torcí los ojos, tomé la mano de Shane y nos fuimos a un lado de la casa tenía un plan y ese sería buscar otra entrada. Mi cara fue como de telenovela, sentí un airecito dramático y como mi cara se iluminaba al ver la ventana del baño. Me detuve en seco.

Mi inmaduro favorito. ✔Where stories live. Discover now