Capítulo 4: "No te enamores"

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Jean. 

Estaba preocupada, y eso me llevo a tomar una decisión de la cual se que pronto me arrepentiré, pero no tuve otra opción. Mi hermano era un adolescente que aún no tenía sentido de autonomía e independencia al cien por ciento. Su condición lo hacía ser demasiado confiado con todas las personas a su alrededor y ellas podían aprovecharse de ello. Mi hermana Noelia siembre lo recogía a la una de la tarde y hasta las cinco ella se iba a trabajar en unos almacenes a las afueras de la ciudad como veladora toda la noche, por lo que yo debía quedarme con John y hacerle de cenar asi como ayudarle con sus tareas. Èl es muy risueño, siempre está riéndose y su sonrisa era muy infantil y contagiosa. Parecía ser un chico muy feliz, solo porque en general no comprende muy bien la situación en la que vivimos.

De lo que si estaba consiente, es que Noelia y yo somos sus hermanas mayores, pero aun no entiende el estado de nuestra madre.

Refiriéndome a la mala decisión que tomé ahora por este suceso, tuve que aceptar la ayuda del señor Malek para poder llegar con John y encontrarlo a tiempo. Subí a su auto pensando vagamente en las palabras que Kat me dijo el primer día de mi pasantía. Rogué para que nadie del edificio nos viera, y cuando el señor Malek aparcó frente a la escuela, salí del auto en busca de John. Él ya estaba esperando en la puerta y al verme me dio un abrazo de emoción, al no estar acostumbrado a verme a mí a esa hora.

Antes de poder marcharnos, el maestro del chico se acercó a nosotros.

—¿Es usted la otra hermana de Jonh?—preguntó una voz conocida. Cuando levanté la mirada, me encontré de frente un chico tan parecido como aquel del bar de anoche.

Era alto, de piel blanca, ojos verdes grandes y labios perfectos. El me miró extraño y luego sonrió.

—No puede ser—exclamó  sin aliento. En ese momento sentí ruborizarme por completo e imploré que la tierra me tragara lo antes posible—Eres la chica del bar que rompió con su novio. Estuve llamándote toda la mañana, disculpa si te molesté. Es una gran coincidencia encontrarnos de nuevo, ¿No crees?

—Ah, yo...--articule sin saber que decir. Mi cerebro no hizo sus conexiones correctas con mi boca para poder hablar—No sé de qué hablas—ambos chicos se rieron, y John, formó un corazón con su mano, como usualmente hacia cuando hablaba con algún chico.

—Tenemos que irnos—jalé a John del brazo y caminamos de regreso.

—Espera—gritó y me giré—¿Cómo te llamas?

—Soy Jean—respondí en voz baja.

—Soy Bill. Ha sido un placer conocerte. Espero que vengas por John más seguido—sonreí levemente y nos marchamos.

Volví al auto del señor Malek junto con John.

—Por mi no es problema llevarlos a casa—comentó él al decirle que regresaríamos en autobús. No pude negarme, porque John ya estaba subido al asiento trasero. Seguido, Rami se giró hacia John, lo saludo y se presentó formalmente con John.

—Eres un chico muy apuesto. Seguro tienes muchas novias—le dije y se rieron.

—No. Tu. Ella—articuló el chico y nos señaló riéndose.

—Basta, John, vamos a casa—me subí al auto y el señor Malek condujo unos cinco minutos hasta nuestra casa con mis indicaciones.

Al llegar, ambos le agradecimos y bajamos del auto a la par. Y el señor Malek pronto desapareció en su auto y fue entonces que pude respirar.

Al dìa siguiente las cosas se tornaron algo raras en la oficina. La señorita Garret me ordenó archivar algunas viejas demandas sobre un portafolio y luego me puso màs trabajo.

Déjame adorarte 《Rami Malek》Where stories live. Discover now