Among two demons {Black Hat X Dr.Flug X White Hat}

Justo Aquí.

Narrador/a:

Iracundo, molesto, se podía decir que expulsaba rabia por la boca metafóricamente hablando, maldiciendo hasta los entes celestiales que ni existían aún.

-Esto no se piensa quedar así!- exclamaba con suma rabia el ensombrerado negro mientras caminaba a fuerte resonada de sus pasos por aquellos negros pasillos-.

-Ahora en vez de rival únicamente negocios tengo que agregarle personal, ¡PERFECTO!, señor Robert.- exclamaba con ironía en sus palabras para, desde su despacho encaminarse a sus aposentos para cambiar su empolvada ropa hasta... que algo detuvo.

A sus espaldas oyó un leve rechinido, igualaba al sonido que hace una puerta de madera vieja abrirse.
Volteó notando que la puerta secreta al laboratorio de su científico estaba siendo abierta, por lo que curioso se volvió uno con la oscuridad del mismo pasillo y observó.

-Listo!!.- de un gran salto salió del pasadizo secreto mientras con su pie volvió a cerrar la puerta.

-Aquí no sucedió naaaaaada.-  giró en su entorno totalmente alegre y con su expresión soñadora en su rostro.

-Flugy ojalá vuelvas con Whity.-

Un leve espasmo del demonio hizo que abriera los ojos con estupefacia... mas de a poco esa sorpresa fue decayendo. Sus ojos cerrándose levemente y con lentitud, su boca dejando a la vista sus carnívoros dientes, sus manos convirtiéndose en aterradoras garras... Se podía apreciar en cámara lenta como su gesto se convirtió en uno lleno de cólera e ira.

Cuando  la lagarta prosiguió a retirarse, el supremo señor de la casa se encaminó con aparente calma hasta la entrada oculta, observándola detenidamente.

Estaba a punto de entrar...

Y llamaron a la puerta principal con repetidos golpes...

Se detuvo.

┏─━─━─━∞◆∞━─━─━─┓

Ese beso... Ese beso poco a poco se estaba volviendo deseoso, ansioso y por cierto lado provocaba en ambos (mayormente en el joven) una interna necesidad de presionar más sus cuerpos.

El de gafas oscuras poco y nada estaba de quedar sin aire por lo que se separó un poco del otro, jadeante y con la mirada algo perdida pero sin quitarselos de encima al de clara tes grisácea.

-Yo quiero más...- con una voz suave pero a la vez grave e inconsciente del tono seductor que usaba, White deslizó las manos por la espalda baja y alta del menor entre sus brazos.

-Quiero mucho más de ti ~... - su sonrisa se volvió de cierto modo lasciva y su mirada juguetona.

El científico quedó estupefacto por lo dicho y antes de que lograra decir algo, no evitó soltar un leve suspiro al sentir la tibia lengua de su superior en su cuello mientras lo volvía a apegar a su gran cuerpo.
Aquel ente de cualidad heroica se sumió a su deseo demoníaco, su deseo carnal, su nuevo vicio.

Paseaba sus manos por todo el torso, cintura y espalda del menor, mientras lamia y mordisqueaba con delicadeza la frágil piel del cuello del muchacho, deleitándose con esos suspiros y uno que otro jadeo por sus mismas acciones.