Among two demons {Black Hat X Dr.Flug X White Hat}

Romper.

-Han pasado varios años desde el incidente!.-.

-Jamás voy a olvidar lo que aquél par me hizo.- exclamaba con rabia.

-Todo lo he perdido por su culpa!.- golpeó su escritorio con su puño.

-Van a pagar con lo que más les duela.-  una sonrisa que helaba la sangre se transformó en su rostro.

-Pagarán y sabrán todo lo que he sufrido por su atrevimiento.-.

Dentro de un lugar poco iluminado, dos personas se encontraban allí dentro.

Fuera de esas cuatro paredes se oían unos alaridos de auxilio, voces que se encontraban desesperadas por ser escuchadas y que algún ser fuera capaz de auxiliarlas pero... lo único que lograban aquellas súplicas era dar un ambiente inquieto y de desasosiego.

El lugar se trataba que nada mas que la guarida del enemigo de los mellizos prestigiosos, el rival, el antagonista perverso, el antitético humanoide y de quien, hace poco tiempo, había tenido una confrontación con la organización de Black Hat y White Hat.

Drake Conderstand, junto con uno de sus aliados y, por así decirse, su amigo cercano Daniel Tamskoord, hombre de aproximadamente 40 años de edad, casi la misma que Drake, su pelo era de un color negro noche, con canas a sus costados, por supuesto con un peinado muy sofisticado hecho hacia atrás, dando una apariencia elegante, su piel estaba bien cuidada, con insignificantes arrugas a los costados de sus ojos color café y con una barba de candado, su ropa de smokin gris y camisa negra, la cual daba una típica pinta de un mafioso de prestigio.

Ambos estaban en una clase de disputa, Drake mostraba claramente una obsesión por la eliminación de aquellos que "le arrebataron" su antigua vida.

Daniel contemplaba como los años carcomieron la poca vida que tenía ese hombre, que de un momento a otro comenzó una plática en un intento de hacerlo recapacitar pero es visto que, tercamente, el otro se oponía a entender.

-Has malgastado tu vida entera en una venganza que no te llevará nada.-

-Debes entender que el tiempo pasó y el pasado tiene que olvidarse.- Daniel no no daba por perdido el intento de despabilar al sujeto.

Ambos se consideraban buenos amigos llevaban años de socios, se conocían bastante bien, antes y después del fatídico día en que el peli gris sufrió el colapso de aquel edificio consigo dentro.

-¡TONTERÍAS!.- exclamó caminando alrededor de su escritorio de madera negra.

Los colores de dicha oficin
a eran mórbidos, opacos y sin vida, con ventanales que dan a la nada misma.

-No descansaré y los destruiré.- se detuvo en frente del pelo negro y gris, afilando su mirada en su dirección.

-Sabes todo lo que se convirtió mi vida.- lo señaló con su dedo índice robótico y estaba por exclamar otra palabra hasta que...

-Vengarte no hará que Lahira vuelva y lo sabes perfectamente.- pero esas palabras dichas con tanta frialdad lo impactaron.