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Una semana había transcurrido desde los anteriores acontecimientos. JungKook trataba de llevar su último año con total normalidad aún de las tantas alucinaciones que lo atosigaba durante todo el día y las incontables pesadillas por las noches, además de que su relación con TaeHyung parecía que iba en picada era como si el pusangre le estuviese evitando por todos lados.

El menor se quebraba la cabeza con hipótesis de la actitud del mayor, y no tenía ninguna que fuera totalmente certera. JiMim se comportaba un poco extraño al igual que YoonGi. Sumado a eso de que ChanYeol había entrado a la Academia para ser el encargado de la biblioteca, cosa que escandalizó a todos los que conocían la historia. Algo estaba ocurriendo atrás de la solicitud de trabajo del alto, pero por ahora a JungKook sólo le importaba sobrevivir a su posible locura y último mes de estudio.

Caminaba en dirección a la fuente para continuar con su patrullaje, el cielo era despejado pintado de estrellas sin ninguna luna presente. Quería disfrutar de la vista, puesto que era su último mes como vigilante de la Academia, pero su camino fue interrumpido por la figura del castaño de pie frente a la fuente mirándole directamente —Te estaba esperando —Kook tan solo asintió caminado hasta quedar unos pasos de distancia hacia él, aún tenían algo que solventar entre ellos —¿Qué ocurre? —Interrogó al ver el semblante que portaba el menor en esos momentos.

—Quiero preguntártelo de nuevo —Contestó mirando los profundos ojos del mayor —No cambies el tema esta vez.

—¿Cambiar de tema? —Miró al cielo unos segundos —Ah... ¿Cuando dije que te amo?

El hecho de que Kim fuera tan directo descolocó un poco al azabache —S-Sí.

—Lo decía en serio, ¿no te gustó?

JungKook negó efuricamente —¡No es eso! —Exclamó rápido —¡Definitivamente me gustó! —Sus mejillas se comenzaban a tornar rosadas —Te amo. Ahora y en el pasado, todo el tiempo que sacrificaste por mí, tú eras el cálido abrazo que siempre me tranquilizaba, tu ojos gentiles y cálidos; todo eso fue lo que me salvó —El azabache sentía como de a poco el peso en su pecho se iba desvaneciendo —Nunca encontré una razón para odiarte, aunque me convirtieras en un vampiro —La mano de Tae se dirigía a su mejilla pero por instinto el menor le dio un manotazo apartándola.

—JungKook... —Murmuró sorprendido.

—¿Por qué yo? —Dijo dando un paso hacia atrás —Aunque sea un estúpido, aun así sé que no importa cuanto crezca, nunca seré digno de ti —Debido a sus nervios las piernas querían desplomarse ahí mismo, pero estaba siendo fuerte —Tienes algo que ver con mi pasado, ¿verdad? ¿Así son las cosas?

El silencio se apoderó del lugar por unos instantes, mientras que un brillo de tristeza aparecía en los ojos del purasangre asintiendo con lentitud logrando que el menor se acercará de nuevo para tomarlo de los hombros y con voz desesperada dijo —¡¿Entonces por qué no me lo dices?! ¡Dime la verdad! ¡No puedo seguir viviendo así ¡Siento que día con día me estoy volviendo loco! ¡Te lo ruego!

Las manos del purasangre se intalaron en las mejillas del menor haciendole abrir los ojos que para ese momento estaban inundados de lágrimas. TaeHyung limpió con extrema delicadeza las pocas mejillas, trataba a Kook como si fuera el más frágil cristal —Que tonto. Hubieras seguido así un poco más... —Una sonrisa triste se formo en el rostro del castaño —¿No está bien vivir en un falso mundo de felicidad? ¿Esta bien que lo diga? —El azabache se quedó en total silencio —¿Aunque la verdad esté empapada de sangre? ¿Aun así quieres saber?

—Sí —Respondió con firmeza.

—Siempre he estado solo. Tú eres él único que trae calor a mi vida —Acarició la blanca mejilla del menor —Temo que me odies si conoces la verdad.

R O S A S •TaeKook• Where stories live. Discover now