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Hace doce años.

El cielo era completamente gris, la nieve caía suavemente hasta llegar al suelo teñido de blanco, el leve viento acompañaba el lugar meciendo los copos. Entre ese pacífico paisaje caminaba un pequeño cuyos cabellos azabaches bailaban al compás del viento, su piel era tan pálida que se podía confundir con la nieve y tan fina como la porcelana misma, sus ojos eran vacíos, sin vida.

—Hace frío... —Dijo para si mismo mientras juntaba sus manos para atrapar unos cuantos copos entre ellas convirtiéndose en gotas de agua en cuanto tocaban el guante.

Nieve blanca...

—¿Qué es "nieve"? ¿Qué es "blanca"? —Cuestionó con curiosidad aquel ser que lucia tan frágil como si en cualquier momento se rompería.

Es... algo que no es rojo.

¿Qué es "rojo"? —Volvió a cuestionar.

—¿Estas perdido, niño? —Resonó en los oídos del pequeño una voz gruesa y tenebrosa, alzo la vista dándose cuenta que un hombre caminaba hacia su dirección con semblante amenazante —¿Podría... beber tu sangre?

Eso es.. Aquellos que toman la sangre de la gente, bestias que toman forma humana.

El niño dio unos pasos hacia atrás totalmente aterrado, pero una fuerte mano apreso su brazo tumbándolo sobre la nieve, forcejeaba con la poca fuerza que tenía pero aquel hombre lo inmovilizó acercándose al cuello del menor —¡N-No! —Gritó asustado.

En una fracción de segundos fue testigo de como una mano atravesaba la garganta de ese hombre apartándolo de él, gotas de su sangre pintaron la pálida piel de su rostro al igual que el rostro del joven frente a él —Eres una desgracia para los vampiros. —Dijo con su ceño totalmente fruncido.

Un vampiro... No debes acercarte a él.

¿Estas bien? —Preguntó con voz neutra mientras una tenue sonrisa se dibujaba en sus labios. Se acercó al azabache tendiéndole una mano amable, el niño pudo observarlo mejor. Sus ojos eran de un rojo sangre, sus cabellos eran castaños despeinados por el viento y sus facciones aunque delicadas no dejaban de ser masculinas.

Si te acercas...

El pequeño dudo en tomar su mano pero luego de unos segundo la acepto con cierto miedo. El castaño sonrió cuando aceptó su mano y ayudo al niño a ponerse de pie acercándolo a el para fundirlo en un abrazó un tanto incomodo puesto que las diferencias de altura eran muy evidentes, ya que que la cabecita del azabache quedo en su estómago, pero aún así lo sujetaba con fuerza.

Serás capturado por sus ojos.















Actualidad.

Los tintes del atardecer comenzaban a pintar el cielo y los gritos comenzaban a ser más altos. La Academia privada Yoo, una famosa escuela en la que los estudiantes se hospedan en los dormitorios que poseía el lugar.

Frente a la gran puerta que resguardaba el dormitorio de la Luna había un grupo numeroso de chicos y chicas esperando ver a los alumnos de las clases nocturnas. Aquel grupo empezó a quejarse de alguien que estaba intentando pasar hasta el frente.

—¡Bien, bien, para atrás, para atrás! —Pidió un joven apuesto con el ceño levemente fruncido —¡Ya inició el toque de queda para los estudiante de la clase diurna! ¡Regresen a sus dormitorios!

—¿Al decir eso no tratas de quedarte a los de la clase nocturna para ti solo, Yoo? —Dijo uno de los chicos enfurecido.

Yoo no era su verdadero apellido, pero al ser presentado como hijo de la directora automáticamente los estudiantes comenzaron a llamarlo así, olvidándose del verdadero.

R O S A S •TaeKook• Where stories live. Discover now