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Abrió sus ojos de manera abrupta sintiendo su corazón latir a mil por hora y respirando agitadamente se sentó en la cama mirando los alrededores desorientado, no recordaba haber ido a su habitación. Se levantó llevando una mano a su cabeza pues esta parecía que iba a explotar en cualquier momento, trato de hacer un esfuerzo por recordar pero era imposible, agrandó sus ojos asustado, conocía a la perfección esa sensación... otra vez su mente era una página en blanco.

¿Qué había sucedido? ¿Se golpeó la cabeza o algo parecido?

Durante la clase trataba de prestar atención a las palabras de la presidenta de la clase, su vista se sentía pesada y el agudo dolor de cabeza parecía no querer irse. No podía estar tranquilo era como si hubiera olvidado algo importante.

Mientras escribía no dejaba de girar su cabeza al único asiento vacío preguntándose quien lo usaba y porque sentía una inmensa tristeza al punto de que sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Al fin terminamos —YuGyeom estiró sus brazos con una sonrisa —Hey, ¿quieres ir a comer algo? —Preguntó sin ver a su pelinegro amigo.

—¿JungKook? —Dijo Rose con un deje de preocupación al ver como una lágrima surcaba la pálida mejilla del joven. De inmediato YuGyeom se levantó para verlo mejor —¿Ocurrió algo?

Esas palabras lo trajeron de vuelta a la realidad limpiando su lágrima con rapidez regalándole a sus amigos una radiante sonrisa que no terminaba de convercer por la falta de vida en sus ojos —No, no, estoy bien —Recogió sus cosas poniéndose de pie —Vámonos.

Rose y YuGyeom se miraron entre sí, extrañados por la repentina actitud de JungKook, pero decidieron no preguntar más. En el pasillo sólo observaban al pelinegro cabizbajo por lo que la pelirroja decidió actuar golpeándolo en el hombro ganándose toda su atención.

—Kook, será mejor que vayas a descansar un poco —Le sonrió —No te ves para nada bien.

Asintió aún con su aura decaída dándose la vuelta para dirigirse a la mansión de la directora, tal vez ella le podría decir que le estaba sucediendo, sin embargo chocó contra un pecho masculino haciéndolo retroceder por el golpe.

—Hola, JungKook —Saludó con una sonrisa un poco tenue aunque detectable para el menor. Todas las miradas volaron a Kim TaeHyung, ya que era sumamente extraño que se presentará en horario de la clase diurna.

Sin esperar respuesta del chico lo guió hasta los jardines del lugar no sin antes despedirse de forma educada de los amigos de su menor.

—¿A qué se debe que vengas a esta hora? —Interrogó ya en el sitio.

—Quería hablar contigo sobre el baile —JungKook lo miró atento —Vas a ir, ¿no?

Sonrió —¡Sí, me encargaré de la seguridad!

—Eso no —Dijo con sequedad. JungKook borró su sonrisa sintiendo el calor en sus mejillas por la penetrante mirada del castaño. Entendió a que se refería.

—Pero... tengo trabajo —Murmuró bajando su cabeza.

TaeHyung suspiró —Cuando eramos niños, bailábamos juntos muy seguido —Dijo en un intento de convencerlo.

—Sí... Aunque lo hacía muy mal, tú te adaptabas a mi ritmo —El aludido sonrió.

—Era algo difícil —Lo miró —Siempre quise cuidar de ti. No quiero que termines herido.

El menor lo miró sin terminar de entender —Tae... —Susurró mientras la mano del vampiro se acercó a acariciar su mejilla con delicadeza como si temiera romperlo.

R O S A S •TaeKook• Where stories live. Discover now