Capítulo 8: Circo

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Abrió con lentitud sus ojos permitiéndose contemplar el techo de madera blanca encima suyo. En contra de su rutina eficiente de levantarse, meditar lo suficiente y estabilizar su interior, tomar algo ligero de la cocina y salir hacia alguna misión asignada en ese momento o días antes o simplemente entrenar por cuenta propia, esto considerando la disponibilidad de su equipo, Neji Hyūga permaneció recostado entre las sabanas oscuras de su cama, analizando las tonalidades de la madera y las motas de polvo que flotaban casi inexistentes por todo el cuarto. Permaneció en ese sitio durante algunos minutos que fueron eternos.

Él no iba a entrenar hoy ni en un corto tiempo. No adecuadamente ni como pretendía exigiendo el máximo. Levantó con pesadez sus manos dejándolas frente a sus ojos. Se encontraban torpemente vendadas ya que él mismo se había curado, si se puede considerar así, sin embargo las vendas se encontraban duras por la sangre seca.

Frunciendo el ceño se reprendió mentalmente, sus manos eran su mayor arma e irreemplazables ¿qué iba a suceder si le asignaban una misión? Pero su propio, inquebrantable y crecido orgullo le impedían pedir ayuda para habilitar las nuevamente.

Sin poder retrasar más el tiempo su cuerpo entumecido se incorporó con gran pesadez a consecuencia de no haber dormido en toda la noche causante del ruidoso reprimiendo de su subconsciente ante sus acciones anteriores, algo que no logró reprimir hasta casi alcanzado el alba. Es decir, hace unos minutos.

Decidió tomar una ducha permitiendo que el agua caliente relajará sus músculos contraídos, retirando las vendas que solo lograron desprender las costras que se habían formado, provocando un considerable sangrado al dejar las heridas en carne propia. El ardor del agua chocando con la dermis provocó descargas que sacudieron su espina dorsal.

Como pudo las secó y una vez que el sangrado cesó prosiguió a colocar una capa de vendaje. Sin hacer más esfuerzos bruscos ingresó a su habitación ,con solo ropa interior, dispuesto a perder, por primera vez en años cosa que le causaba gran ansiedad, el tiempo que le restaba del día ya que el aseo y curación le llevó parte de la mañana.

Sus planes fueron arruinados por una presencia que vio en la necesidad de ignorar. Con la toalla en la cabeza se dirigió a su armario dispuesto a vestirse antes de cualquier cosa que su intruso quisiese hablar. Se demoró buscando con gran calma que ponerse por puro gusto y por que sus manos no se lo permitían.

- Es curioso, creo que nunca imaginé ver tu cama deshecha y mucho menos saltarte un entrenamiento.

Se colocó unos pans y giró hacia el origen de la voz encontrándolo con gran confianza recostado en su cama con las manos detrás de la cabeza. Su expresión era tan energética como siempre sin embargo, sus ojos eran otra cosa.

- No se me fue comunicado que hubiese entrenamiento.

Gai sonrió y se señaló con el pulgar en respuesta a sus palabras.

- Eso pensé, ciertamente, al no encontrarte ahí, por eso he venido a verte.- Observó el violonchello en el piso y levantó las cejas visiblemente confundido.

El Hyūga de forma casual se acercó al instrumento y lo puso en su sitio, deseando, realmente pidiendo que no haya notado los rastros de sangre que no había tenido la oportunidad de erradicar.

Al dar la vuelta dispuesto a decir algo para deshacerse de él se encontró con las grandes cejas de frente. Miraba con escrutinio sus facciones inexpresivas. Colocó su mano en su hombro.

- No me hagas volver a contenerte, Neji. No como en los exámenes Chunnin.- Habló fríamente, algo bastante fuera de lugar de si mismo. - Somos compañeros, una familia. No toleraré un comportamiento así de tu parte nuevamente. Y mucho menos con Tenten. Tú no eres eso y no debes permitir que eso te controle. Estoy bastante decepcionado Neji.

Gazes to the soul [Nejiten]Kde žijí příběhy. Začni objevovat