Capítulo 36: Plenitud

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La fina lluvia descendía por el firmamento entre los restos de los edificios, hasta que solo un par de gotas aleatorias caían y una claridad se filtró entre las densas nubes que marcaban el permanente clima que acontecía en la aldea oculta de la lluvia.

―Bien, hemos avanzado demasiado, dattebayo.

El rubio sonrió al ver a los ninjas trabajando en las edificaciones afectadas en su reciente pelea con el líder Pain, destronándolo de esa forma de la aldea de la lluvia y marcando el fin a su organización que buscaba un renombre en el país del fuego. Plan que fue previsto por Jiraiya, al acudir a la aldea para intentar detenerlo y siendo derrotado por el líder.

Por suerte, Naruto fue enviado de refuerzo, en el justo momento cuando su salida de la aldea de la hoja era conveniente por el conflicto de los Hyūga y así poner una distancia entre Hinata y él, con aquel clan ancestral. Y el justo momento para evitar la muerte de uno de los Sannin del mundo ninja y de su sensei, el sabio pervertido.

Si no hubiera sido por aquel conflicto que podría afectar al mundo por los planes de aquel ninja llamado Pain, Naruto se hubiera quedado en la aldea, luchando con aquel rígido clan. A pesar de lo que Neji le había dicho tiempo atrás sobre que era más importante para él. En ese momento su prioridad era poner distancia entre Hinata y su padre, sin embargo, su intención siempre fue volver y ponerlos en su lugar al intentar imponer un futuro que no era de su incumbencia por preservar el clan.

La misión en la aldea de la lluvia era de mayor urgencia, además que confiaba en el genio Hyūga. Era una persona sensata, con una gran capacidad analítica, si alguien podía hacer frente y frenar aquel avance de abuso de poder era Neji Hyūga.

Un ave mensajera sobrevoló encima de él un par de vueltas hasta que descendió, entregándole un pergamino. Naruto lo tomó desenrollándolo y leyendo con lentitud. Una sonrisa amplia salió de sus labios, caminando entre las calles hasta encontrar a la dueña de los ojos aperlados, que lo recibió con una sonrisa.

―Buenas noticias Hinata―enlazó sus dedos con los de ella. ―El conflicto en el clan Hyūga ha terminado satisfactoriamente.

La antigua heredera del clan se mostró sorprendida ante esa buena noticia. No es que no confiara en su primo, simplemente las tradiciones del clan era tan arcaicas que pensó que jamás se moverían de sus ideales aunque eso comprometiera la integridad del clan.

―Y vaya, Neji es el nuevo líder del clan, dattebayo.

Hinata palideció ante esa noticia más impactante ¿un miembro de la rama secundaria siendo líder del clan más segmentado en castas que había en la hoja? Algo que jamás se había visto, pero que ahí estaba, Neji lo había logrado.

La fémina sonrió, grandes cambios se venían con esa noticia, se apuraría en esa misión para poder presenciarlos con sus propios ojos.

―Al sabio pervertido le gustará enterarse de las buenas noticias.

Naruto se inclinó depositando un ligero beso en la mejilla blanca de la Hyūga, causando un ligero sonrojo y se alejó entre los edificios, buscando al sabio de las ranas.

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Los vasos chocaron al encontrarse en el centro y un poco del líquido rebosó en el impacto. Acto seguido después del brindis cada uno de los presentes dio un largo trago disminuyendo la bebida. Uno de ellos tomó todo el contenido, hasta dejarlo vacío.

―Vaya, sí que necesitaba algo como esto. ―Dejó salir con gran ruido el mayor del grupo. ―un poco de sake en compañía de mis queridos pupilos.

Maito Gai observó al resto de las personas alrededor de la mesa. Aquellos que habían crecido juntos, mejorando como personas y como ninjas. El sentimiento le llenó porque una semana atrás, en aquel enfrentamiento con ese sujeto, pensó que no volvería a verlos. Había sentido como su vida se esfumaba de entre sus dedos, pero no sería digno de sí mismo si no se hubiera aferrado a la llama de su juventud, que ardía más fuerte en su edad.

Gazes to the soul [Nejiten]Where stories live. Discover now