Capítulo 29: Proximidad

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Abrió lentamente los parpados, visualizando la mesa que estaba junto a la amplia cama. Se movió ligeramente para cubrir su pierna que estaba fuera de las sabanas oscuras. Se percató de la limitante en sus movimientos, levantó ligeramente la sabana para ver que sucedía y su corazón dio su primer brinco del día.

Una palpitación que se repitió una y otra vez que solo él podía causarle.

Visualizó un brazo rodear su cintura con cierta fuerza, como si se aferrara a su cuerpo. El sonrojo no se hizo esperar en su rostro y se movió de forma inerte, causando que el cuerpo contrario reaccionara, acercándola más hacía él. No se había despertado, lo había hecho por inercia. Sintió la ligera respiración en su cuello al tener su rostro tan cercano, entrecerró los ojos y presionó los labios con cierta timidez, entregándose a aquella caricia y momento tan cálido.

Recordó su petición de la noche anterior.

Desde aquel primer día, cuando la había acompañado a casa luego de ese largo interrogatorio y de liberar su mente de aquellas barreras trayendo su consciencia de nuevo a la realidad. Tenten temía tanto que él se fuera, por eso mismo aunque moría de cansancio luego de llegar a la casa, intentó alargar el momento juntos. Hasta que lo vió dar la vuelta listo para irse. En ese instante Tenten sintió el verdadero temor de que todo esto fuera una mentira y que estuviera aún dentro de su cabeza sin oportunidad de salir.

Por eso su mano se había movido con rapidez sujetando la parte trasera de su chaleco para detener su avanzar. El miedo había superado los nervios de lo que una petición como ella podría ocasionarle o más aún, la vergüenza de ser rechazada por el Hyūga. La palabra había salido de sus labios tan bajo que pensó que no había sido escuchada, hasta que lo vio deshacerse de su ropa.

Aquella acción tranquilizó a su corazón inquieto y asustado, sintiéndose más segura de adentrarse a la cama. No estaría sola. Neji había sido su pilar desde que habían ingresado al equipo Gai, siendo compañeros de equipo y de entrenamiento, coincidiendo en habilidades. Pero cuando regresó de nuevo a la aldea, todo había sido diferente. Se sentía tan perdida, fuera de lugar y quebrada. Mientras las memorias de lo que había sucedido se repetían en su cabeza. Aún más cuando tuvo que recordarlo con detalle para dar un reporte de la información que tenía.

Esa primera noche sus sentidos estaban dormidos, a pesar de que su cuerpo estaba un poco inquieto, se había movido con total confianza hasta que se había recostado en el pecho masculino. Fue consciente de los latidos rápidos del Hyūga, algo que le dio un sentimiento placentero al considerar que posiblemente aquellos latidos eran por algo más que los nervios normales de tener a una persona cerca. Se relajó por completo pensando que esos latidos eran por ella, por su presencia. Se dejó arrastrar por el cansancio, escuchando aquel movimiento rápido en el pecho masculino como un arrullo y jurando que había escuchado un ligero susurro en respuesta a su petición de que se quedara con ella.

―Siempre. ―Lo atribuyó a que había sido imaginaciones suyas.

En esa ocasión durmió profundamente, sin tener ni un solo sueño. Al despertar tenía el cuerpo adolorido pero estaba descansada, mucho mejor de lo que se había sentido en tanto tiempo. Se sobresaltó al sentir la calidez de un cuerpo bajo suyo, alejándose conmocionada al inicio de verlo ahí, pero recordando que ella misma se lo había pedido. Lo había mirado fijamente un par de minutos, detallando como su rostro había adquirido facciones más maduras, se veía más apuesto de lo que recordaba ¿eso era posible? O tal vez había olvidado su rostro y verlo de nuevo, cuando pensó que no sucedería, lo abrumaba como a su yo adolescente.

Al cabo de un rato él simplemente había abierto los ojos viéndola fijamente, sin decir nada. Pareciendo tan neutro e indiferente como siempre. Sin embargo, algo en su mirada era tan cálida que la obligó a desviarla. Recordando aquellos días en el pasado cuando lo único relevante era lo que el Hyūga le hacía sentir y los diferentes momentos que habían atravesado. Se sentía tan lejano. Habían desayunado juntos y él se había disculpado diciendo que tenía asuntos pendientes en el clan que no podía seguir aplazando.

Gazes to the soul [Nejiten]Where stories live. Discover now