Capítulo 13.

143 12 2
                                    

Bradley.

Desde que murió papá las cosas se volvieron reales. Mientras él vivía estaba a cargo, pero una parte de mí tenía esta idea de que al final del día era suyo, que yo era solamente un encargado. Ahora, ya no estaba el nombre de mi padre en los papeles, sino: Bradley Jason Dempsey. Cada vez que leía mi nombre en algún documento me sentía más presionado.

Estuve durante tres días tratando de hablar con mi cuñado, lo que fue una causa perdida, porque él se negó a escucharme. Finalmente, le dije que era con la urgencia necesaria para ceder a su odio por mí, lo que funcionó, ya que  me encontraba esperando que Nancy lo hiciera pasar.

—Todavía no sé qué hago aquí —refunfuñó de mala gana, mirándome con todo el rencor con el que puedes mirar a un enemigo.

Su actitud desde que nos conocimos me hizo preguntarme por qué mi hermana se interesó en él; parecía más un niño, que un adulto de treinta y siete años.

—Es sobre tu cuñado Ashton. —Me tragué las ganas de dejarlo solo en su problema. Dona no merecía pagar el precio de ver a su esposo en problemas. Ellos sufrieron mucho luego del escándalo que cayó sobre mí cuando la prensa amarillista supo de la edad de Allyson. Tampoco se frenaron para inventar una supuesta infidelidad que casi me cuesta perder todo por el acuerdo prenupcial que Loreine y yo firmamos antes de casarnos.

La mirada de Gerard se suavizó un poco a la mención del nombre. Pensé en aprovechar su atención e ir al grano.

—Hay un asunto con Jones. Lo están investigando los del FBI en conjunto con otras agencias —expliqué, tratando de repetir las palabras exactamente como el esposo de Allyson las dijo.

Le hablé sobre la cuenta en el banco, la sospecha de las agencias de que él estaba involucrado; las razones por las que Ashton me contactó y no fue con él. La preocupación de su hermana; el mantener esto tan confidencial por el bien de todos.

—Es imposible —refutó, con nada más que desconfianza en su tono. Era increíble que prefiriera confiar en ese hombre antes que en mí. Aunque, supongo que me lo merecía, ¿no? Mantuve una relación en secreto con Allyson por miedo a que su familia se impusiera, lo que al final, creo que sucedió.

No me creía el cuento de que de la noche a la mañana, la universidad le ofreciera una plaza. Quizá la influencia de su padre en Londres tuvo mucho que ver. Pero siempre sería el pervertido que sedujo Allyson.

Le dediqué mi atención a la conversación, pensando que ya el asunto de mi ex era agua bajo el puente. Si ellos nos separaron, supongo que fue para mejor.

—Ashton aseguró que todavía recuerda la primera vez que se vieron y mencionó algo sobre una taza de té. —Me encogí de hombros porque era la anécdota más extraña que había escuchado.

Frunció el ceño tan sorprendido, pero luego esbozó una sonrisa, como si de verdad él también recordase el evento.

—Fue de lo más loco —respondió, con el tono incrédulo—. Estaba de visita en el campus de Allyson, recuerdo que abrí la puerta porque se estaba bañando. Y allí estaba ese chico alto, todo musculoso, mirándome como si le hubiera matado a su perro. —Sonrió negando, y no entendía cuál era el punto de contarme esto—. Allie casi me patea el trasero porque no le dije que era su hermano, y Ashton pensó que eras… —Me miró fijamente, todo rastro de humor por el recuerdo se perdió. Gerard realizó una mala cara, suspirando con fuerza.

»Ashton creyó que eras tú el que estaba con ella… Que ustedes habían vuelto o algo así. —Traté de no mostrarme impactado por sus palabras. Ella le habló de mí a ese chico desde un principio. Quise sentirme halagado, pero la verdad era que me invadió la tristeza; Allyson lo pasó igual de mal. Me habría gustado evitarnos todo ese dolor.

Y te conocí Where stories live. Discover now