Capítulo 24.

65 7 0
                                    

Claire.

Mis ojos estaban rojos. No por los golpes, lágrimas, ni tristeza. Sino porque no conseguía dormir bien.

Sin pensar en lo que estaba haciendo, tomé el relajante muscular no porque me doliera…, solo quería olvidar y dormir. Hacerlo hasta que todo desapareciera. Hasta olvidar a Bradley, a Chelsea, a Jones, a Clinton. Olvidar que tenía un pasado, sin saber cómo sobrevivir al presente y queriendo escapar del futuro.

El primero no funcionó, así que me bebí dos más. Prácticamente era una mujer sonámbula que bañaba a Sunny. Los ojos me pesaban, pero por fortuna, ya era hora de dormir para ella.

Nunca necesité calmantes o alguna droga para dormir. Pero Bradley seguía rondando en mi cabeza, como ese chicle que se te pega en el zapato. Te retiene, te molesta, pero no sabes cómo quitarlo sin estropear el calzado.

Alguna vez creí que me conocía y me aceptaba. Pensé que sabía en lo que me metía y que podría controlar mi vida. Pero ya no estaba segura de lo que hacía, o hacia dónde iba. La incertidumbre, el perder el dominio de mis decisiones, no saber qué vendría, eso me superaba.

Pero cuando Bradley estaba me sentía segura. Encaminada, con la certeza de que tenía un lugar en este mundo. No era un puta o madre soltera, era Claire. Me gustaba cómo me hacía sentir que podía con todo. Aquella mirada amable y la sonrisa amistosa. Sin dobles intenciones, sin presionar por un polvo.

Pero saber que no era mío… que ella estaba en el medio, me molestaba. Quería que su atención fuera para mí, como lo fue una vez. Que estuviera disponible cada vez que lo llamara. Cuando lo necesitaba él venía, incluso si solo terminaba en sexo, él venía. Estaba desesperada por tener eso. Que fuese parte de mi vida.

Mis párpados se cerraron por el medicamento, pero mi cabeza nunca descansó…, siempre pensando Bradley.

• ────── ✾ ────── •

Manipular…

Para tener sexo con hombres que ni siquiera conoces debes tener un nivel bueno de manipulación. Si no, ¿cómo le convences de que eres su mejor opción? ¿Que pagar por ti valdrá cada centavo? Puedes tener un culo bueno, follar increíble, pero ¿qué hará que pague por ti otra vez? El saber manipular la situación. Darle al cliente lo que quiere. Sí, el deseo influye, lo buena que eres, seducir, pero la manipulación también forma parte del paquete.

Era buena manipulando. Aprendí de mi padrastro, quizá. No me sentía orgullosa de ese conocimiento, pero no me quedaba de otra. Cuando tus sentidos te empujan al límite, no sueles pensar con claridad. No analizas, solo te dejas llevar. Desde que Bradley apareció en mi vida lo único que hacía era dejarme llevar.

Esa mañana, mientras el relajante muscular abandonaba mi sistema, no pensé realmente lo que estaba haciendo. Lo único que sabía era que Bradley me daba una sensación de bienestar que nunca había tenido. Que yo necesitaba follar y que la única persona que me llevó al cielo fue ese abogado. Aún no estaba todo perdido, ¿cierto? Teníamos esa química innegable, que era imposible que en menos de dos semanas ya no existiera.

Mi cuerpo temblaba de anticipación…, otra vez con la necesidad que no me dejaba respirar. Un ahogo escurridizo que se metía en mí, conduciendo mi mente a un estado de alerta constante. No sabía qué hacer con todas esas sensaciones. Jamás experimenté algo parecido y más que nunca me sentí sola. Quería a una persona a mi lado que le importara realmente.

«Sabes que el único será Bradley», murmuró mi cerebro.

Yo quería ser libre, pero no podría serlo si él seguía allí, contaminando mis pensamientos. Tenía que parar… Pero al mismo tiempo lo quería conmigo. Necesitaba su presencia. Necesitaba de ese aire tranquilo que él parecía tener a montón…

Tenía dos opciones: o tomaba otro somnífero o llamaba a Bradley.

Así que busqué mi celular y me preparé mentalmente para emplear mi técnica de manipulación. Odiando lo que estaba haciendo, pero repitiendo en mi cabeza que si quería al abogado conmigo, tendría que ensuciar mis manos.

Y te conocí Où les histoires vivent. Découvrez maintenant