Y, es genial y todo pero hacer pinturas y esculturas como nuevos artistas en una galería que puede sacarnos en cualquier momento no es lo que quiero hacer por el resto de mi vida. Yo quiero abrir mi propia galería. Quiero exhibir mis obras en una galería que pueda llamar propia y que si funciona -y realmente espero que sí-  pueda extenderla y abrirla en diferentes lugares, no sólo en Nueva York. Brendon y Connor también quieren lo mismo así que entre los tres estamos haciendo planes para lograrlo, incluso el señor Wilde se ha ofrecido a ayudarnos a pesar de que -como ya hemos recibido nuestros título-oficialmente ya no somos sus estudiantes. 

Entre todos teníamos dinero suficiente para rentar una lugar que podemos adaptar y remodelar para hacer nuestra galería, pero aún seguimos viendo lugares, sacando un presupuesto y pensando en un nombre para la galería así que aún no tenemos nada seguro. Había pensado en decírselo a Stephen, pero conociéndolo se iba a ofrecer a dar dinero para ayudarnos y no quiero que lo haga. Este es un proyecto que me gustaría lograr por mis propios méritos, así que lo mantendré en secreto para sorprenderlo una vez que hayamos decidido al menos el lugar y el diseño que debería tener.

-Aún falta mucho -me quejo para mí mismo al revisar el reloj como un idiota que cree que si lo ve muchas veces después de unos cuantos minutos hará que el tiempo pase más rápido.

Estaciono en el primer lugar disponible que encuentro en cuanto entro a los terrenos del hospital y me bajo con el boleto de Harry en el bolsillo de mi chamarra de mezclilla con la esperanza de que no esté en medio de una consulta o una cirugía que le impida verme aunque sea por un momento. Marco su número en mi teléfono y le llamo pero me manda en seguida a su buzón, así que adentro al hospital y camino por los blancos pasillos algo incómodo porque un sentimiento de nostalgia me invade en cuanto recuerdo los muchos días que pasé aquí cuando era pequeño porque Harry tenía un amigo aquí y sigo mi camino hacia la recepción, donde una mujer de mediana edad teclea algo en su computadora y habla con un hombre que lleva una sonrisa en el rostro y un estuche de violín en su espalda.

Espero pacientemente a que termine de hablar con el hombre y una vez que lo hace, le pregunto por Harry.

-¿Tiene una cita con el doctor Valeska? -me pregunta, mirándome por encima de sus lentes con algo de sorpresa.

-No -respondo educadamente a pesar de que siento que me está examinando el rostro- Soy su hermano, vine a traerle algo.

-Ah -suelta ella con una sonrisa- Con razón. Ustedes se parecen.

Suelto una sonrisa algo incómoda que logra reprimir la necesidad que siento de girar los ojos porque siempre me dicen lo mismo y ella me dice donde debería de estar Harry. Sigo con sus instrucciones y en cuanto llego al área de neumología lo encuentro hablando con un enfermero que parece tener demasiada energía para Harry. 

-Será divertido -sonríe él castaño en un intento por emocionar a Harry tanto como él lo está, supongo- Todos los doctores y enfermeros vamos a ir, así que no puedes faltar.

Harry se levanta las gafas lo suficiente como para frotar sus ojos, como si le molestara la vista. Le doy un vistazo a su apariencia por curiosidad a si se ve al menos un poco mejor que la última vez que lo vi y una vez que me doy cuenta de que se ve igual o incluso peor que antes, me acerco a ellos.

-Hay trabajo que hacer aquí -repone con tono seco- No es tiempo para ir andando de fiesta. Además, ¿no deberás estar estudiando? Tu examen para especialización es en un mes.

-He estado estudiando muchísimo -se queja el chico con un mohín- Pienso que me merezco aunque sea una noche libre y creo que tú también la necesitas. ¿Cuándo fue la última vez que tú...?

Nuestro AmorWhere stories live. Discover now