5- Sobre ti

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Aaron:

-¿Por qué tan de repente te interesa saber todo eso?-bufa Stephen con nerviosismo intentando ocultarse detrás de su taza de té

-Pensé que como no eres sincero conmigo, deberíamos tomarnos un momento para hablar y conocernos un poco mejor-explico mirando a todos lados buscando a la mesera que nos atendió. ¿Dónde demonios está mi café?

-¿Y por qué estamos aquí?

-¿No te gusta?-pregunto

El café en donde nos encontramos es bonito. Su temática es café de París y la decoración la resalta. Es uno de mis cafés favoritos, es callado, tranquilo y todo lo que venden es delicioso, lo único que no es perfecto aquí es el servicio. Por alguna razón siempre soy yo el último en recibir su pedido, y aún cuando me incluían algo gratis, la espera me hace enojar.

La mesera que nos atendió se acerca torpemente a la mesa con mi café y un enorme y esponjoso muffin de chocolate, los deja frente a mi con manos temblorosas y me mira con la cara ruborizada.

-La casa invita-anuncia refiriéndose al muffin

Stephen gira los ojos y le frunce el seño a la chica pelirroja, que ni si quiera detiene su mirada en él antes de irse.

-Qué generosa-brama de mal humor

Reprimo una risa. Al menos ya está entendiendo la parte de sincerarse.

-Lamentablemente-respondo fingiendo sentirme mal-la estricta dieta que tengo prohíbe cualquier cosa con chocolate-pongo el dorso de mi mano sobre mi frente y miro al techo dramatizando mi expresión como si estuviera en medio de un dilema-Oh, ¿pero qué haré ahora? Sería grosero devolvérselo así sin más

El rostro de Stephen se ilumina con una risa. Arrastra el plato en el que descansa el muffin hasta el y hace una expresión de pena.

-Me lo comeré yo, si no te importa-dice con satisfacción dándole una gran mordida al muffin

-En lo más mínimo-murmuro alargando mi mano para recoger las migas del muffin de las comisuras de sus labios.

Lamo mis dedos fascinado y el me mira con una expresión divertida.

-¿Qué pasó con tu estricta dieta?

-Unas migas no harán una diferencia-me alzo de hombros y el sonríe.

Continúa comiendo el muffin en silencio, mirando a la televisión que está del lado opuesto a nosotros y yo lo miro. Memorizo sus rasgos y su forma de comer hasta que un pedazo de muffin viaja desde sus dedos para aterrizar en mi frente y finalmente caer en mi café.

-Deja de mirarme tan fijamente-espeta incapaz de ocultar su felicidad por haber logrado su tiro

-Oh, esa me la vas a pagar-sonrío malicioso limpiando los restos de pan de mi frente con una servilleta

Stephen extiende su sonrisa.

-Creí que el hecho de haber venido aquí era para que estuviera seguro de que no me harías nada pervertido

Suelto una risa.

-Ya lo hemos hecho en el baño de la cafetería. No tengo problemas en volverlo a hacer.

Se ruboriza pero me sostiene la mirada resistiéndose a sonreír. Nunca lo admitirías pero eres casi tan pervertido como yo.

Stephen sacude su cabeza de lado a lado como si estuviera expulsando sus pensamientos de su cabeza con ese movimiento. Sonrío. ¿Acaso estás pensando en cuándo lo hicimos en el baño de la cafetería?

Nuestro AmorWhere stories live. Discover now