La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
Tao estaba emocionado por la noche que le esperaba, miraba a su amigo JongIn igual de contento, en cambio Heechul se le veía serio, apenas había hablado durante el trayecto, como si se estuviera mordiendo la lengua por no decir lo que pensaba.
Siwon aparcó en el descampado que había anexa al hanok, donde se jugaba partidas ilegales de póker, y estaba bastante de buen humor sabiendo que esa noche sus ganancias se iban a incrementar el doble.
-Bueno chicos, id para dentro y tú JongIn, no te separes de Heechul.
-Siwon, no soy ningún niño, sé apañármelas bien-se quejó JongIn cruzando los brazos.
-Qué coño vas a saber tú alma cándida, cuando te diga basta de jugar, lo haces ¿entendido?-le advirtió Heechul señalándolo con el dedo índice.
-¡Heechul!-protestó todavía más haciendo un berrinche.
-Y luego dice que no es un niño...-ironizó Heechul desabrochándose el cinturón de seguridad-vamos JongIn, papi te lleva al parque de atracciones-le invitó abriendo la puerta del coche del asiento de atrás.
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-Vete a la puta mierda Heechul-le increpó saliendo de muy malas maneras del coche.
-Adiós JongIn-se despidió Tao con la mano algo incómodo por la situación.
Siwon volvió a poner la primera marcha, prefería llevarlo él mismo dónde se hacían esas peleas ilegales.
No era un sitio que soliera frecuentar, no le divertía demasiado este tipo de cosas, ver a dos tipos liarse de hostias hasta que uno acabara ko, pero bien lo valía ir allá, estaba seguro de que iba a ganar el 3% de lo que ganase Tao con las peleas.
Al final decidió pactar con Zuny que el trato no fuese por seis meses, si no por pelea, le pareció más justo ya que por culpa de su vida de idol tenía una agenda muy apretada y no podía ir cada fin de semana.
Lo que no cedió fue con JongIn, el acuerdo eran seis meses, pasado ese tiempo, el trato expiraba.
Llegaron a un viejo almacén a las afueras de Seúl, otra de las guaridas de la Kkangpae, ubicado en uno de los distritos más deprimidos de la ciudad.
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