La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
A veces, cuando la ciudad duerme, es el mejor momento para encontrarse a sí mismo.
A veces, el silencio es una invitación para no olvidar nunca quién fuiste un día, recuperando esos retazos de la vida que se creían ya desfragmentados y borrosos.
Y a Sehun es lo que le pasaba, iba con su bicicleta a las cinco y media de la madrugada, observando la negrura de la noche pero ya con las pinceladas de un azul oscuro intenso en el cielo, anunciando que el amanecer estaba próximo.
Suspiró, pensando en Jungkook, fue la única manera de poder encontrarse con él, a esas horas intempestivas de la madrugada y no ser descubierto.
A medida que se acercaba al lugar acordado, más nervioso se ponía, sin poder evitar rememorar ese pasado con él. De esos besos escondidos en los baños del instituto, de ese jugueteo de miradas cuando se encontraban en los pasillos o de esas largas tardes a la orilla del río Han, simplemente contemplando los barcos pasar y entrelazar sus manos.
Y de su primera vez.
Sí, con él perdió la virginidad. Así lo decidieron ellos, así lo querían.
Se sentían extraños, preguntándose si aquello estaba bien, eran dos hombres jugando al amor, derramando el deseo sobre sus bocas, atrapando el amor con sus manos que un día sin saber por qué, llegó a sus corazones.
¿Estaba bien enamorarse de una persona del mismo sexo?
Se lo preguntaban mucho, vivían angustiados debatiéndose si había algo de malo en ello, llegando una conclusión tan simple como asombrosa: el amor no puede ser malo por naturaleza, no cuando es capaz de encontrar la esencia del ser humano en este mundo odioso e hipócrita.
Esa esencia que nos llena de buenos sentimientos que motiva a cuidar a la gente que queremos, a ese compañero, ese padre, madre, hermano, abuelo o hijo y en definitiva, a la gente que nos importa.
Sehun ya divisaba la orilla del río Han y no pudo sonreírse, ilusionado de volver a encontrarse con él después de tanto tiempo.
Lo vio ya sentado, mirando el río y con piernas estiradas sobre el césped.
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Se acercó con la bicicleta hasta su altura y él se giró, con su boquita semiabierta y sus ojos abiertos, no, no fue por la sorpresa de volver a verlo, fue por contemplar a la persona que tanto daño le hizo en el pasado y sin embargo, seguía sin poder odiarlo.
Lo intentó miles de veces, pero no pudo.
Su recuerdo se quedó grabado en su memoria, hasta el último día que le dijo que debían distanciarse por el bien de los dos.
Lo entendía y no.
Entendía que era lo mejor, pero no así su corazón, que se negaba aceptar a vivir sin su presencia.
