Una presa

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* Imagen de Calix Crawford *

Llegué a casa, notando que estaba todo en completo silencio ni si quiera estaba Brock recibiéndome en la puerta. Subí las escaleras, dejé la mochila en mi habitación y me dirigí a la de Murray, viendo la puerta semiabierta. Me asomé un poco. Murray estaba tirado sobre la cama abrazando a Brock, profundamente dormido; sonreí levemente. Tomé el edredón a medio abrí y lo tapé, incluyendo a Brock, quien me miraba moviendo la cola, pero sin moverse demasiado. Besé a ambos en la frente y salí de allí cerrando la puerta con sumo cuidado.

Al entrar a mi habitación vi a Fliss, sobre mi cama, mirando el techo pensativa. Me puse a un lateral, llamando su atención; una sonrisa amplia adornó sus labios. Me tumbé junto a ella, con las manos sobre mi estómago. La conocía demasiado bien, como para saber que le sucedía algo; algo que tenía que ver con sus padres o con el no poder hacer algo.

- ¿ Qué sucede ? - Pregunté.

- ¿ Crees que en algún momento de mi existencia, seré feliz ? - Le miré de reojo.

- No lo sé... pero mientras estemos juntas, yo creo que se hace más ameno - Sus ojos, brillantes por las lágrimas, conectaron con los míos.

- Es por lo único que sigo aquí... - Cerró los ojos, dejando caer algunas lágrimas.

Quería abrazarla, para hacerle saber que me tendría a su lado, pasará lo que pasará. Pero tan solo me quedé en silencio sin moverme; junto a ella. Se pasó, con molestia, las manos por su rostro, quitando cualquier signo de tristeza, para después sonreír y mirarme. Sabía que no estaba bien, pero no quería hacerme sentir mal, y de ahí esa sonrisa que no llegaba a sus hermosos ojos azul oscuro.

- ¿ Qué tal en clase ? - Preguntó cambiando de tema.

- Bien - Suspiré entrando en su juego - ¿ Vemos una serie mientras diseño un edificio ? - Le propuse incorporándome de la cama, tal vez se olvidaría de sus problemas durante unos minutos. 

- Eso ni se pregunta - Sonrió, esta vez, un poco más feliz.

Tomé mi portátil y lo puse a los pies de la cama; frente a Fliss. Después, busqué en mi mochila un cuaderno y un lapicero, para empezar hacer un boceto simple. Esperé a que eligiera una serie, la reproducí y apoyé el cuaderno en mis piernas para hacer líneas suaves. La risa de Fliss y sus quejas me hacían sonreír, pero no apartaba la mirada del folio.

Poco a poco, el edificio iba tomando forma, pero mi mente no estaba prestándole atención. No podía parar de pensar en Calix y mi abuelo. Mi mente barajaba muchas ideas negativas de cómo iría mis "clases espirituales" junto a Calix, quien seguramente haría todo lo posible para ponérmelo difícil, para así aprender antes y poder largarse. O, tal vez, ni lleguemos a trabajar juntos...

- ¿ Agnes ?

Noté la presión que ejercía sobre el lapicero, clavándolo en el papel. Lo solté, tomando mis manos con nerviosismo. Aquí estaba de nuevo el miedo. Miedo a enfrentarme a la muerte, y a los espíritus malignos que solo pensaban en buscar una presa... Una presa para utilizarla a su antojo sin importar las consecuencias.

(...)

- ¿ Sucede algo, Agnes ? - Levanté la mirada de mi taza, viendo a Murray aún en pijama leyendo el periódico, ya que tenía dos días libres - ¿ Sigues preocupada por el sujeto de la noche pasada ? - Hice una mueca de desagrado al recordar a Calix - No permitiré que nadie te ponga un dedo encima - Me aseguró.

Sonreí levemente, no porque me haya conmovido sus palabras, que también, sino porque no sabe ni la mitad de lo que podría pasarme. Claro que no quería preocuparle ni volverlo loco con el tema de ver muertos y sus consecuencias. Mis ojos dieron con una noticia en el periódico.

Sin Palabras ||En Físico||Where stories live. Discover now