Sin Palabras ||En Físico||

Un mensaje

* Imagen de Fliss Otero *

Era muy entrada en la noche, pero aún así los compañeros de Murray iban y venían sin parar. Fliss se encontraba sentada en la mesa de Murray; yo en cambio, estaba sentada en una silla, mientras él me hacía de nuevo las mismas preguntas que ya había respondido con anterioridad.

- ¿ Otra vez ? - Dijo Fliss molesta cruzando las piernas sobre la mesa.

- Ya te lo he dicho, no le vi la cara ni nada que pueda ser de utilidad - Suspiré.

- Está bien... - Se masajeó el puente de la nariz; estaba muy cansado - Tengo que hablar con unos compañeros sobre un caso, si quieres tomarte algo, la máquina de café es gratis - Se incorporó - No entres en ninguna habitación ni nada de lo que te puedas arrepentir después - Tomó unos papeles y se marchó.

- Parece muy cansado ¿ no ? - Dijo Fliss apoyando su barbilla en su mano.

- Lleva trabajando todo el día... - Hice una mueca mirándo la hora de mi móvil; las tres de la mañana.

- ¿ No vas a dormir un rato ? - Negué con la cabeza mirándo a mi alrededor.

Me incorporé para ir a la máquina de cafés, pero alguien me detuvo; Conrad Reznick. Su rostro mostraba una sonrisa amistosa, pero se le notaba a kilómetros el cansancio que acumulaba día tras día. Fliss lo miró dudosa al no conocerlo.

- ¿ Cómo estás, Agnes ? - Preguntó con amabilidad.

Tuve un pequeño debate mental al no saber si hablarlo o no. Revisé los alrededores, no parecía que hubiera ningún fantasma cerca; salvo Fliss. Conrad asintió con una sonrisa cansada, él sabía que no hablaba con nadie desde la muerte de mis padres, aunque yo lo conocí hace unos años por Murray. Era el Coronel, el rango más alto, lo que le vuelve el jefe de todos los trabajadores de este edificio.

- Tan callada como siempre ¿ eh ? - Se rió cogiéndo un café sólo de la máquina. Aproveché para pedir el mío.

- ¿ Podría hacerle una petición ? - Susurré sin despegar la mirada del vaso que se estaba llenando. No estaba segura de esto.

- Sí, otra cosa es que pueda cumplirlo - Lo miré de reojo. No pareció sorprendido al oírme hablar.

- Murray está muy cansado...

- Lo sé, le di el día libre, pero en cambio se ha quedado hasta ahora - Negó con la cabeza con desaprobación - Es muy constante cuando se trata de resolver... - Se calló del golpe.

Lo miré con los ojos entrecerrados, sabía que iba a decir "Asesinatos", pero se arrepintió de continuar la frase. Él trabajó con mis padres, sabe cómo murieron, yo en cambio sé todo lo contrario, aunque me lo imagino. Supongo que tiene miedo de decir algo que me perjudique, pero él no tiene la culpa de lo que pasó.

- ¿ Cómo se encuentra Garret ? - Preguntó antes de beber un sorbo de su café, intentando cambiar rápidamente de tema.

Asentí sin más, dándole a entender que se encontraba bien, dentro de lo que cabe. Calenté mis manos con mi café con leche, quedando en un silencio ensordecedor. Yo no quería hablar más. Y él, lo sabía.

- Tengo una reunión, me alegra saber que estás bien - Asentí - Cualquier cosa, ya sabes dónde estoy - Dijo antes de marcharse.

Suspiré aliviada al terminar la conversación. Busqué a Fliss con la mirada, pero había desaparecido. Me senté donde anteriormente, viendo algunos papeles sobre la mesa de Murray. Iba a tomar uno, cuando escuché gritos que se acercaban, viendo a un policía acompañar a una chica que lo insultaba. Iba con la ropa descuidada, su pelo revuelto y olía a alcohol. La sentó en una de las sillas, a unos metros de mí. Fliss apareció a mi lado; la interrogué con la mirada.