Capitulo 15

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‪—Solo café, gracias. —Jamás había dudado de mi imparcialidad para escoger un lugar donde comer, pero sensatamente Eric no tenia para nada un buen gusto. El lugar apenas era visible por fuera, tuve que llamar varias veces a mi amigo para que diera señales de estar en un lugar real. Para nuestra suerte a pesar de ser un lugar pequeño y poco acogedor estábamos casi a solas de no ser por la moza que miraba preocupada los muffins hongeados* y una pareja de ancianos que se limitaban a mirar el periódico entretenidamente. ‬

‪Pase detenidamente mi mirada por la taza en la que servían el insípido café. Me resultó graciosa la idea de temer un contagio absurdo por una taza de café, ya que de todas formas no existiría otro final para mí. Un retorcijón se extendió desde mi estómago hasta cada una de mis extremidades, últimamente pensar en ello me daba náuseas. ‬

‪Luego de volver de campamento, aunque realmente había sido una corta estadía en una cabaña donde obtuve mi primer logro de la lista. (Qué en realidad no estaba pero luego lo agregué porque fue emocionante) Bet y Eric comenzaron a pelear cada vez más seguido, incluso por tonterías que dos niños pequeños podrían resolver. Pero la relación comenzó a volverse distante y turbulenta. ¿Acaso es un sinónimo para una relación? Jamás había visto un amor como el de ellos al principio pero ahora, siendo una inspectora de aquella incomodidad, agradecía mis 16 años de soltería. Eric había dejado un mensaje por la mañana pidiéndome desesperadamente que lo aconsejara, pero algo en la forma de moverse sobre su silla me hizo dudar de sus intenciones. ‬

‪—Gracias por venir Ag, es importante.‬

‪—Y muy confidencial por cierto. —Sonrió un poco al comprender el chiste absurdo que había hecho. Siempre que me encontraba con la banda, como así me gustaba llamarlos, temía escupir un chiste absurdo que dejara a todos cuestionándose si era buena idea ser mi amigo. ‬

‪—Es sobre Bet. —La taza en su mano podría haberse congelado. —Y sobre lo que viste la otra noche. ‬

‪Esquive su mirada captando los tristes ojos de una moza aburrida. ‬

‪—¿Que he visto el otro día? ‬

‪—Agnes se que me viste salir de la habitación la otra noche. Y sé que no has dicho nada, de ser así no estaría aquí. —Relamió sus labios y medito sus palabras. —Mira, se que no has dicho nada porque Bet me hubiera asesinado. Y que, por la razón que lo hayas hecho, quería agradecértelo. Nuestra relación va en caída y no necesitamos que las riendas se salgan totalmente de control. —Asentí. —Lo de la otra noche... había fumado, bebido, demasiadas mezclas y perdí el conocimiento. ‬

‪—¿Por que estás con Bet si quieres estar con otras personas? ‬

‪—Es complicado Ag, cuando llevas una relación aprendes a renunciar a ciertas cosas, ¿sabes? Pero no totalmente. Por momentos sientes la necesidad de volver a sentirte vivo, libre.‬

‪—No creo ser la persona que tenga que escuchar esto. —El café sabía amargo y la conversación estaba tomando un giro desagradable. —No me interesan relaciones ajenas. Tranquilo, no dire nada. ‬

‪Si quedaba una regla a mi corta y fracasada vida era que jamás, bajo ninguna circunstancia, me metería en una relación. ‬Mucho menos en una relación que involucraba a mis dos nuevos amigos.

Por mucho tiempo durante ese café solo senti el sentimiento de ahogo dentro de mi pecho, era consciente de que la verdad recaía sobre mí si algún día todo saliera a la luz. Aunque, en algún recóndito de mi cabeza estaba escondiendo todo lo qué Éric decía acerca de Bet, de sus padres y de su ordinaria vida de adolescente. Intentaba comprenderlo, de alguna forma retorcida para no hallarme culpable del hecho. Terminó nerviosamente su café y me miró apenadamente, sentí su necesidad de salir corriendo y gritar. Podía ver en él más allá del chico de gafas y chaqueta oscura. Por un momento creí ver a otra persona. 

Con sus esqueléticas manos tomó las mías. 

-Prométeme, Ag, que no dirás nada. Al menos hasta que yo lo haga. -Se relamió sus labios y miro con expresión preocupada. -Esto no es lo que Bet necesita para mejorar. 

-¿A qué te refieres con mejorar? 

Me sentí una idiota. Había olvidado que las personas tenían más problemas además de mi existencia que se acortaba. Los demás también luchaban contra sus propios relojes, dentro de sus cabezas. Atravesándolos de forma no física. Estaban allí, los relojes. Corriendo el tiempo. 

-Bet esta enferma, y no como expresión, ella necesita recuperarse para que podamos separarnos. -Parecía lo más estúpido que alguna vez había oído. ¿Por que las relaciones en las novelas eran tan llevaderas y en la vida real era como arrastras un peso en los hombros? O eso parecía cuando escuchaba hablar de matrimonios y noviazgos. Será que nadie esta realmente enamorado de sus parejas, quizás una hipnosis temporal a la que llaman amor por un índole social que logra confundirlos. - Me alegra que se conocieran, ella necesitaba alguien como tu en su vida. 

-¿Como alguien como yo? 

-Ya sabes, eres diferente. -Debió ver mis muecas porque rápidamente se explico. -Diferente bueno, quiero decir, eres alguien por quien uno se interesaría. 

Jamás me había sentido tan cerca de sentir una punzada de felicidad asomándose en mi autoestima. Solo que se opacaban con el dolor en el pecho de hacer algo malo. Mentir. Separe mis manos de Eric, sus manos se volvieron frías a mi tacto y decidí que la conversación no llegaría a ningún otro lugar. Solamente estaba intentando ser agradable conmigo, no era un cumplido. No te dejes engañar Ag. 

-Quédate tranquilo, no necesito halagos. No diré nada. 

-¿Que? ¿De qué hablar Ags? 

-Gracias por el cafe. 

Deje la cafetería un tanto exaltada, creía estar haciendo lo correcto. Aunque ello me hiciese sentir extraña. Como si no debiera haber ido a aquel lugar en primer momento. No quería arruinar más las cosas, así que me prometí guardar el secreto. Lo guardaría junto a mi otro gran secreto. Estaba muriendo. Y la llamada de mi madre fue un recordatorio de aquello. 

No tenía escapatoria, me sentí como una rata de laboratorio, no tenía lugar a donde ir. No podía llamar a Bet por vergüenza, ni a Lexi ya que sabría que algo me sucedía. Stacy no había dado rastros hace días. Estaba sola, otra vez. 





Finaliza la primera parte de esta historia, gracias a quienes todavía mandan sus mensajes de apoyo los aprecio mucho. Tengo muchas ganas de comenzar a escribir la segunda parte, los leo :)

63 Days before she goesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora