Capitulo 2

152 25 0
                                    

Son los primeros momentos, los que impactan fuerte. Esa sensación de hinchazón en el pecho que se desinfla al pasar el tiempo. Estaba segura de que así se sentiría mi madre en estos momentos. Sabía que tenía que ser así. No me acostumbraba a verla llorar repetidas veces y escucharla sorberse los mocos. Todo era por la noche, cuando se sentía más segura de que nadie la escuchaba, cuando sabía que estaba resguardada por la paz de la oscuridad. Pero de todas formas la oía. Podía oírla cada noche sollozando en la habitación contigua, las primeras veces la abracé, hasta que entendí que solo aumentaba el llanto. No comprendía como se sentía del todo porque yo no era quien tenía una hija que se estaba muriendo, yo solo estaba muriendo.

La mañana siguiente intente hacer mi vida normal. Levantarme, desayunar y volver a acostarme. Fin de mis emocionantes días cotidianos.

Pero esta vez me sentía diferente, como si debiera hacer algo por mi misma, se sentía extraña la libertad limitada que podría un determinado tiempo de vida. Aunque todos lo tenemos y hasta el momento no he comprendido porque todos hacemos caso omiso de ese hecho. Sabía que debía hacer algo importante. Algo que me hiciera morir feliz, y para mi mala suerte todos los libros que tenía ya los había acabado. Necesitaba algo de distracción.

Allí fue cuando buscando cualquier cosa que leer encontré mi viejo diario este la absurda basura de un adolescente. Casi como si estuviera nuevo brillo en mis manos. Aquel cuaderno amarillo decorado con recortes de revista. Tal como lo había dejado allá atrás, cuando creía que estaba demasiado grande para usar diarios.

Tras páginas sobre mis amoríos fallidos se encontraban fotos con amigos que tenía en ese momento, amigos que apenas sabía su nombre. Tenía fe en que ninguno estuviera muerto ya. Me imagino cuando se esparciera la noticia de mi muerta. Uno de estos chicos vería la fotografía y pensaría "Aquí esta mi amiga de la infancia muerta"

Decidí dejar los comentarios morbosos lejos de mi cabeza, no debería pensar en mi muerte como una noticia que se esparciría demasiado. Quiero decir, si nadie está conmigo en estos momentos, ¿Quien hablaría de mi? De cómo soy, de qué cosas me gustaban hacer, quien sería la persona que le diría a mi madre "era una excelente muchacha". Deposite el diario en su lugar junto a las cosas antiguas, pero un sobre cayó en mis pies. Casi pensaría que es casualidad, hasta que llegue a pensar que el universo ciertamente pone cosas en los lugares indicados.

Lista de cosas que haré cuando sea mayor

Recuerdo haber escrito esa carta cuando era joven y la tía Mirian había muerto repentinamente, sinceramente no recuerdo porque ya que era muy chica para saberlo, así que hasta que tuve la suficiente capacidad madurativa, creía que podía morir por arte de magia. Aunque en cierto punto es completamente cierto.

Se puede morir sin más, sin una lista de cosas por hacer. Sin necesidad de un aviso médico. Sin planearlo por semanas y luego ser tan cobarde para arrepentirse. Tenía verdadera suerte después de todo.

Evaluando que tan solo tenía 13 años al escribir la lista, saqué bastante provecho de la idea. Modificando los puntos y algunos eran tan absurdos que simplemente los dejé por diversión.

#1 Huiremos con Stacey.
#2 Podré hacerme el mejor cambio de imagen jamás visto.
#3 Tendré la mejor fiesta del mundo.
#4 Usare el vestido más bonito del mundo.

Parecía bastante fácil hasta el momento, teniendo en cuenta que mi imaginación en ese entonces era increíble y me había enojado con mis padres por no dejar que Stacey cortara mi cabello, era por eso que habría querido huir junto a ella.

La lista seguía y parecía constar de mínimo treinta puntos, que no pude contar bien ya que se perdían entre el margen de mi sorprendente obra artística. Modifique sólo la primera, que constaba simplemente de huir. A cualquier sitio. Y debería comenzar a planearlo lo antes posible.

Aunque sabía que no podía ir muy lejos, cerré los ojos y los posicione en algún sitio cerca de mi hogar, no disponía de mucho dinero. Mi dedo señalaba un lugar, que aunque se veía pequeño, era lo más enorme en mi corazón.

Era una decisión tomada, huiría.



Nota de autor: ¿Alguna vez hicieron una lista de cosas qué haces antes de morir? ¿Que es lo más loco que desean hacer?

63 Days before she goesOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz