10. Astrales

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Camino por el medio de una calle vacía, envuelta en penumbras. Me rodean edificios con pintura descascarada y vieja, con manchas de humedad en las paredes, que se mueven y laten, vivas. ¿Qué es esta ciudad siniestra? No sé cómo, pero comprendo que estoy soñando y que la única forma de despertar es reunirme con Nico. Estábamos juntos, pero se fue a investigar por ahí, a pesar de que le dije que el lugar se veía peligroso. Tenemos que encontrar una salida de este mundo, juntos. ¿Dónde estará?

Avanzo hacia la vereda. Miro a cada lado. Doy un paso tras otro, queriendo quitarme este frío de encima. Casi todos los edificios tienen las ventanas tapadas con papeles de diarios viejos u opacadas por la mugre. Me quedo observando una, en un primer piso... Algo se mueve del otro lado. Es una figura, envuelta en penumbras. Me observa. Posa la mano en el vidrio, luego intenta abrir la ventana, con movimientos bruscos, pero no puede porque está como trabada. Me inquieto. ¿Por qué esa cosa quiere salir con tanta urgencia?

La figura se desespera. Empieza a golpear los cristales, tratando de romperlos.

Salgo corriendo de ahí, con la angustia latiendo en la boca del estómago. Doy un salto que me impulsa sobre las calles y edificios. Al verlos desde arriba, puedo notar el estado demacrado de esta ciudad con más detalle... El asfalto está roto en casi todas partes, al igual que la mayoría de los edificios, que tienen huecos inmensos o están en ruinas. A pesar de la altura, cuando desciendo lo hago con suavidad.

De pronto, escucho un chillido lejano y giro hacia atrás. Veo unas figuras monstruosas en lo alto, que no llego a distinguir bien. Son rápidas y saltan de una terraza a otra, siguiéndome. Corro, buscando una puerta de escape que me lleve a otro lugar en esta pesadilla de la que no puedo despertar. Todavía tengo que encontrar a Nico, pero si estos monstruos me atrapan va a ser peor. Necesito escapar así después puedo volver por él.

Giro en una esquina y luego de unos segundos no siento a esas presencias detrás de mí... Me parece que las dejé atrás. Miro hacia arriba; las terrazas están vacías. Tal vez logré perderlos.

Retomo la marcha, ahora caminando.

Observo la vegetación. Los árboles y el pasto en los canteros están secos. Hay insectos en ellos, que se esconden en cuanto me acerco.

Me estremezco y y miro alrededor... algunas puertas de los edificios se encuentran rotas o abiertas hasta la mitad, detenidas por montones de tierra y cascotes.

Otra vez los chillidos de esas criaturas, cerca. Se asoman en la esquina. Miro el edificio que tengo enfrente. No quiero hacerlo, pero no hay otra opción. Antes de que lleguen a verme, entro.

Esquivo los escombros, avanzando con sigilo por el vestíbulo abandonado. ¿Vivirán esos seres acá? Tiemblo.

Oigo afuera a las criaturas que me buscaban. Aterrizan saltando desde los tejados y algunas rugen. Me aproximo con cuidado a una ventana y agradezco que está sucia, ya que me oculta de esos monstruos. Miran a un lado y a otro, buscándome. Aprovecho para observarlos en detalle.

El grupo es de seis o siete y está compuesto de tres tipos de criaturas diferentes. Las primeras que distingo, me hielan la sangre: son esas brujas de piel verde parecidas a la del mago de Oz, las que vi en la fiesta en el subsuelo de la radio. Hay criaturas plateadas; su piel es como un metal blando o viviente. También llevan piezas de armadura: hombreras, coderas, un casco. Algunas zonas de su piel y de sus protectores están oxidadas. Cargan unas hachas.

La última clase de seres son unos felinos humanoides cubiertos de pelaje marrón. Los veo solo durante unos segundos, ya que el grupo se aleja calle abajo. Miro el interior del edificio donde me encuentro. Paredes con la pintura descascarada, cascotes y tierra en el piso. ¿Por qué todo se halla en un estado tan decrépito? ¿Qué le habrá pasado a la ciudad?

La maldición de mi ex (Te rescataré del Infierno 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora