38. ¿Ya van a nacer, verdad?

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Aclaración. La parte de letras cursivas es una conversación con la deidad de la diosa Luna.

— Eran esos o estos. — Decía Tawny con una sonrisa mostrándole a su Alpha lo que había escogido para sus cachorros.

Se encontraba decorando de manera ansiosa y un poco nerviosa la habitación frente a su nido, que pensaba unir temporalmente mientras aún ellos eran pequeños cachorros.

— Me agrada. — Había algo dentro de Cole que no terminaba de asimilarlo, no le agradaba ver mucho esa sonrisa en el rostro de su Omega llena de ilusión, porque no quería complicaciones no quería que ella después tuviera el corazón roto, un corazón que casi latía por ambos.

— No estás prestando atención. —

— Claro que lo estoy. — Estaba más alerta que otra cosa.

— Estás moviendo las orejas desde hace rato. — Lo vio mal la Omega.

— Ya va a nacer. ¿Cómo quieres que este? — Ella sonrió.

— Ya van a nacer, y me gustaría que estés feliz. — Le animo la Omega caminando a decorar con sencillez ambas cunas que había pedido que pusieran frente al balcón sabía que no las usarían todo el tiempo, porque mantendría a sus cachorros en el nido, a salvo del exterior los primeros meses.

— ¿Y si es solo uno? — La ceja de su Omega vibro un instante en el que respiró para relajarse.

— ¿Con quién crees que estás casado Coleman Hell? — Lo volteó a ver la Omega luego de tomar un pequeño pincel y terminar de decorar esa cuna. Él suspiró.

— Un latido. —

— Soy una Omega. —

— La más hermosa. —

— Tú Omega. — Sonrió con ligero orgullo en su tono de voz. — Sé que estoy bien, he mejorado y estoy perfectamente sana. — Le reclamo. — Mis cachorros van a nacer sanos y salvos. ¿He sido clara? —

— La maldición de la diosa Luna no implica... —

— La diosa Luna no tiene mucho que ver con esto... — La Omega apuntó a ambos.

— Si por la diosa Luna fuera estoy segura de que estos cachorros no existirían. Es nuestra o fue nuestra decisión y lamento no haberte dicho desde un inicio que esto era mi mayor deseo. — Suspiró porque aunque su Alpha ya lo sabía ella nunca se lo dijo.

— Solo... —

— Te asusta que sean como tú. — Ella sonrió.

— Así es... — Él no lo negaba, él tenía miedo de que su propia maldición estuviera ahí. — Después no habrá opciones. —

— Puedes estar tranquilo Cole, yo tomé la decisión hace mucho por ambos al dejar que me marcaras. — Le sonrió.

— Yo nos deje sin opciones hace mucho. — Ella había asumido la culpa que tendría que llevar en sus hombros al ser la Omega de un Alpha que estaba maldito.

Ella había sido la que fue contra la Luna al enamorarse perdidamente del lobo, al esperar cachorros suyos y que pronto traería a la vida. Ella sabía que era la única loba, Omega en toda la tierra en desafiar a la Luna y sobrevivir a la fecha.

— Tawny. —

— ¿Qué pasa Cole? —

— ¿Estás bien? — Él prácticamente corrió a su lado.

Fue entonces cuando la pequeña Omega sin querer soltó el pincel causando que manchara el suelo un poco, al mismo tiempo que la Omega se encogía en su lugar temblando un poco al sentir algo tibio y a la vez frío escurrir por sus piernas. Miró a su Alpha asustada.

Hell ©Where stories live. Discover now