36. Mátame a mi.

43.8K 4K 673
                                    

Los pasos comenzaron a escucharse fuerte, más murmullos y sollozos de miedo sincero. Un par de cadenas y el llanto de Betas y Alphas. La puerta al enorme salón en el que estaban se abrió mostrando frente a ellos atadas a las personas cercanas a los Alphas que tenía frente a él.

Así es, el Alpha sabía que si quería tener la ventaja sobre ellos tenía que conocer las debilidades de todos, así que mientras ellos se concentraban en planear una estrategia para entrar sin sospechas a su territorio, él ya tenía a los familiares de los Alphas que vendrían bajo su mano y sería su ventaja sobre los otros.

— ¿Papá? — Una beta murmuró al ver a su padre en el salón, chilló más fuerte cuando observó los cuerpos que yacían en el suelo sin vida.

Todos exclamaron, con alaridos asustados al ver al Alpha de Hell con sus ojos negros como la noche, y su rostro serio como siempre, pero disfrutando de ese momento tanto que sabía que su Omega se enojaría un poco.

— ¿Cómo te atreves? — Uno de los Alphas pensó en lanzarse contra él.

— ¿Cómo te atreves tú...? — Luego Cole vio al resto.

— ¿Cómo se atreven ustedes a creer que intentarían algo contra mi Luna sin que yo hiciera que incluso su espíritu aullara de dolor? —

Tomó a una de las Lunas de los Alphas que estaba esperando al parecer cachorros, tenía un par de cadenas y estaba sumamente asustada, no sabía qué hacer en ese momento.

— No sé de quien fue la idea, pero fue estúpido. Retarme a mí. ¿Así? — Sujeto a la Luna de ese Alpha por la garganta. — Yo no juego. Si van a declararme la guerra que sea porque pienso darle el mundo a los pies de mi Omega. — Una de sus uñas hizo que se derramara una gota de sangre al suelo de la beta y todos sabían que no iba a jugar.

— Uno de tu manada afirmó que tú Omega sería atroz, que esperaba cachorros y... — Todos estaban nerviosos al observar esos ojos negros. Entonces las Lunas de los Alphas se arrepentían en ese momento el no haberlos detenido cuando pudieron, porque todos iban a pagarlo caro.

— Traigan a Tawny. — Pidió a sus servidores. Todos asintieron y un par de Alphas de su manada se aseguraban de tener sometidos a casi todos los ajenos de la manada.

— ¡Alpha! — Todos se quedaron sorprendidos a la belleza de la pequeña Omega que portaba muchos de los regalos caros que su Alpha le había dado sin opacar su sublime encanto.

— ¿Qué pasa? — Se quedó aún más asustada al ver que su Alpha estaba por matar a una Luna embarazada.

— Ellos son los que querían hacerte daño Tawny. — Ella se vio a sí misma confusa.

— ¿Qué quieres? Los dejo ir ¿O mueren todos aquí y te obsequio el resto del continente? — Ella tragó realmente fuerte y asustada luego de ver la sangre y los cadáveres en el suelo.

— Cole. — Murmuró intentando cubrir su vientre al sentir el aura amenazante del resto de Alphas en el salón. Porque querían matarla.

— Los quiero fuera del territorio. — Consideró que pronto nacerían sus cachorros y no deseaba tener que lidiar otra vez con el estrés de casi morir a manos de esos Alphas.

— Quiero a quién les informó. — Dejó a la Luna del otro Alpha a un lado al ver que su Omega sentía simpatía por ella al verla en su mismo estado.

— Tráiganlo. — Alguien dio la orden. Y todos los Alphas se vieron realmente atemorizados cuando no podían evitar voltearla a ver por su extrema belleza y que su Alpha soltará ese aroma a muerte. Porque iba a matarlos si la seguían viendo.

— ¿Les hiciste daño? — Tawny llamó su Alpha por la conexión viendo a los familiares del resto de Alphas. Pero no pudo contestarle...

— Mátame a mí. — El Alpha de la beta embarazada llamó su atención, poniendo su rodilla en el suelo. — Pero déjala ir por favor. — Pidió con la cabeza gacha, reconociendo el poder y fuerza del Alpha de Hell.

Al ver que el Alpha suspiró pensándolo, todos lo imitaron y se arrodillaron. Lo que Cole no quería era ese tipo de reconocimiento, no quería que lo hicieran sentir tan abochornado, porque aún los quería muertos, no los había perdonado.

— ¿Cómo se siente? — Parecía que se habían callado e incluso evitaron respirar. — ¿Cómo se siente saber que alguien quiere hacerles daño y no podrán hacer nada para impedirlo? — No era su caso, porque el Alpha de Hell iba a hacer lo necesario.

— Alpha. Afuera está Stolen. — Él pensó un momento cuando lo interrumpieron.

— Vamos afuera. — Tomó a su Luna de la mano. — Te tengo un regalo. — Y Tawny pareció leer en sus ojos lo que pensaba hacer y tuvo que mantenerse fuerte, aunque un escalofrío recorrió su espina dorsal al saber lo que su Alpha planeaba hacer.

— Stolen. — Cuando vio al Alpha salir junto a su Luna lo primero que quiso hacer fue correr. Todos entendían que ahora al ver a la Omega al lado del Alpha Hell, él no merecía menos, era una hermosa Omega que cargaba a sus cachorros.

— Cole. — Tawny quiso detener a su Alpha, pero este soltó su mano y con una mirada a Jared y Amanda les hizo saber que no tenían que apartarse de su Luna.

— Lo siento Alpha, en serio perdón. Pero no tenía opción. — Se justificaba Stolen ahora que lo habían soltado. Cole espero a que intentará correr un poco y luego lo alcanzó con rapidez, sujetándolo de la garganta.

— ¡Luna...! ¡Luna! — Gritó Stolen, pero Tawny sólo pudo agachar la cabeza, ella no podría ayudarlo.

— ¿Te gusta llamar a mi Luna, cierto? — Estaba por asfixiarlo. — Seguro que fue fácil para ti mencionarla cuando defraudaste a tu manada. —

— Alpha, usted es misericordioso. — Y Cole sonrió.

— Seguro que eso mismo dijiste mientras vendías a tu Luna al mundo. — Un par de golpes fueron suficientes para que el lobo traidor se inmovilizara, y aceptará el hecho que no iba a salir vivo de eso.

— ¡Luna! —

— Mira a la cara al traidor de tu manada. Quién te quería muerta, mi Luna. — Ella lo vio a los ojos una última vez antes que estos se apagaran, sabía que su Alpha solo le estaba obsequiando eso, a quien la puso en peligro en primer lugar.

— Todos se equivocan en algo. — Negó Cole con furia viendo al resto de Alphas sometidos, tanto ellos como sus allegados. — Yo no soy misericordioso, y yo no perdono. Menos a quién intenté ir contra mi, o contra mi Luna y Omega. —

Ejerciendo su fuerza brutal hizo que el lobo abriera la boca y metió su mano para arrancarle la lengua con sus garras, sus ojos mostraron el dolor que sintió al instante. Y como se ahogó en la sangre que desbordada de su garganta. Soltó al suelo su lengua brutalmente amputada y varios betas de las otras manadas no pudieron hacer más que vomitar ante la impactante y atroz escena. Stolen terminó de desangrarse en el momento perdiendo la vida.

Entonces todos supieron que morirían cuando el Alpha se volteó hacia ellos.

— Siguen ustedes. — Mencionó lanzando el cadáver de Stolen al otro extremo con molestia.

— Alpha. — Su Luna se puso en frente, ella no quería que murieran. — Por favor Cole. — Puso su pequeña mano en su pecho. — Perdónalos. — Todos esperaban su decisión.

— ¿Qué voy a recibir a cambio? — Le pregunto a su Omega en un susurro. Quien suspiró con un poco de impaciencia también.

— Todo lo que desees de mi. — Le susurró suavemente, mordiendo su labio inferior un poco nerviosa. — Será tuyo. Ahora perdónalos por su ofensa. — Pidió por primera vez en todo el día soltando un poco de sus feromonas de Omega.

— Quiero que lo pidas, por favor Luna. — Su Alpha le estaba pidiendo que en el futuro usaría esa palabra más seguido.

— Por favor. — Los demás prácticamente dependían de sí la Luna convencía a su Alpha.

[●●●]

Aclaración: Stolen, era el médico de la manada o Doctor de Tawny, quien escapó a una manada vecina para decirles de la existencia de Tawny.

Hell ©Where stories live. Discover now