Capítulo Treinta y Cinco - Desilusión.

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La historia desde la perspectiva de Noah me había conmovido. Escuchar lo mismo que yo había escuchado días atrás era mucho más lindo ahora que él lo contaba desde sus propios ojos. Claro que él me lo decía todo el tiempo, pero de esta manera era diferente. Me hacía muy feliz. Y parece que mi papá también estaba muy contento, con una sonrisa tan grande como la de Noah. Todos estábamos contentos. Todos teníamos una sonrisa. Menos mi mamá. 

Tenía miedo de lo que diría cuando Noah se fuera al hotel y mi papá a su casa, pero disfruté como nunca el momento de la cena en el que ellos todavía estaban presentes, hablando, riéndose, contándose cosas entre ellos. Yo no hablaba mucho, solo los miraba a ellos dos que apenas se conocían y ya se llevaban muy bien.

Después de comer y hablar un rato más mi papá se fue. Le dí otro abrazo antes de que cruzara la puerta. Quedamos Noah, mi mamá y yo así que después de lavar los platos y acomodar la mesa,  decidimos acomodar mi ropa de vuelta en mi cuarto mientras mi mamá terminaba con las cosas de la cocina. 

Cuando subimos a mi habitación, Noah me dijo mientras me abrazaba por la cintura:

- Tu papá es genial. 

Le dediqué una gran sonrisa.

- Lo sé. Es una persona impresionante.

Me abrazó y me dio un pequeño beso en los labios.

- Gracias por dejarme compartir todo esto con vos. - Me dijo entre besos.

- Gracias por compartirlo conmigo amor.

Nos dimos un abrazo fuerte, riéndonos. Sintiendo la suerte que teníamos de no estar separados en diferentes continentes. Lo besé, pasé mis manos brazos alrededor de su cuello y perdí la noción del tiempo.  

Entró mi mamá en mi habitación de repente, sin golpear la puerta. Un clásico de ella, por mucho que yo quisiera que respetara mi espacio, eso era imposible de conseguir. Noah y yo nos separamos al instante y, obviamente, el ambiente se volvió de lo más incómodo. Me separé de Noah mientras ella me miraba enojada. Solo nos miraba como si estuviera decepcionada, me hacía sentir muy mal.

- Creo que me voy a ir a llevar todas las valijas al hotel, así puedo acomodarme, ¿está bien?. - Dijo Noah cuando vio que necesitábamos espacio. 

- Sí, claro. - le dije, un poco atolondrada. 

Noah se acercó a mí, me dio un besito en la mejilla y después saludo a mi mamá.

- Muchas gracias por la cena. - Después se dirigió a mí - Nos vemos mañana, princesa.

Después se alejó bajando las escaleras.

Mi mamá no le contestó, pero cerró la puerta de la habitación cuando escuchó que Noah se subía al auto que lo llevaría al hotel y luego cómo el motor ponía al auto en movimiento. 

Respiré hondo. Sabía que se venía un momento de charla incómoda, pero no sabía muy bien qué esperar. ¿Qué podría decirme?, ¿qué cosas malas se le ocurrirían para separarme de Noah? Tal vez me diría algo sobre que es de otro país, que habla otro idioma. Tal vez se le ocurre alguna idea sobre la fama, sobre los peligros de estar todo el tiempo perseguidos por paparazzis, sobre algo de eso. ¿Pero qué otra cosa? Noah había sido más que encantador durante la cena, y de hecho mi padre lo había amado. ¿Tendría que ver con eso? Tal vez le molestaba que se llevara tan bien con mi padre. 

- ¿Por qué me mirás así? - Le dije susurrando.  

- Hija, ese chico no es el indicado para vos. 

Apareciste como un sueño.Where stories live. Discover now