Capítulo Veintidos - Lejos.

1.1K 43 1
                                    

Llegamos a la casa de Noah y nos recostamos en su cama a mirar televisión. Desde afuera tal vez puede parecer un poco aburrido, pero para nosotros simplemente estar juntos, acostados el uno al lado del otro, disfrutando de algo lindo para ver, era suficiente. 

 Yo me recosté sobre su pecho y él puso sus brazos alrededor de mi cintura. Todo era perfecto. Me hubiera gustado quedarme por siempre en ese momento. De repente Noah apagó la televisión.

- ¿Qué paso, Noah? - Le pregunté.

Él no me contestó. Se quedó en silencio, con la mirada perdida, como si estuviera mirando el techo.

- ¿Estás bien? - Le volví a preguntar. Estaba actuando raro.

En un movimiento rápido y completamente inesperado, lo vi moverse hacia mí. De un momento para otro nuestras frentes quedaron pegadas, él estaba sostenido por sus brazos encima mío, nuestros cuerpos no se tocaban pero estaban a milímetros de distancia. Podía sentir mi corazón palpitar como nunca.

- Creo que te amo.

Me quedé helada, de nuevo, pero no sentí lo mismo  que otras veces: ahora era muchísimo más fuerte. Muchísimo más fuerte. Era un sentimiento de cariño que había brotado en mi pecho y que ahora se estaba transformando en amor. Y era un sentimiento tan fuerte, tan intenso, que no podía describirlo con palabras. Pero ahí estaba él, intentándolo. Y yo me quedé helada. No sé por qué pero no respondí. Me quedé callada, mirándolo. Solo lo miraba.

Me dí cuenta que tenía que contestar cuando su expresión se empezó a tornar triste. Me di cuenta de que, probablemente, había pensado que yo no sentía lo mismo. Pero no: yo sentía lo mismo e incluso podría decir que sentía más. Sentía algo infinito, imposible de medir, imposible de poner en palabras. 

- Te amo, Noah. Te amo.- Le dije mientras pasaba mis manos por su pelo y le besaba cada centímetro de la cara. Me sentí muy culpable por no haberle podido responder así que solo empecé a besarlo.

Pero ese beso condujo a otro y a otro y a otro y terminó siendo muy distinto a los otros. Nuestros cuerpos estaban casi pegados, Noah me besaba los labios para luego descender hasta mi cuello. Si nos ponemos a pensar, era lo más lejos que nunca habíamos llegado, nunca nos habíamos besado así, con tanta pasión.Nos enderezamos y quedamos sentados sobre la cama, con las piernas entrecruzadas, yo jugando con su pelo y el pasando sus manos por mi espalda.Los besos de Noah se volvían cada vez más apasionados y yo le respondía de la misma manera.

Entre besos Noah me dijo:

- Te amo.

Lo seguí besando y le susurré lo mismo al oído.

Nuestros labios seguían juntos, no se separaron en ningún momento.

Sabía que lo iba a pasar y no estaba en mis planes impedirlo. Desde hace bastante tiempo la situación me ponía bastante nerviosa, pero no podía estar nerviosa ahora, no con todo esto que estaba sintiendo. Era como si esa situación fuera simplemente un paso natural para dar, y lo era. Los nervios estaban ahí, pero estaban completamente suavizados por una sensación de confianza, de cuidado y de cariño. 

Solo seguí besándolo, dejándome llevar, apagando mis pensamientos. 

Hasta que sonó el teléfono.

Noah no le prestó atención y siguió besándome pero el teléfono volvió a sonar de nuevo.

- Contesta amor, no te hagas problema. - Le dije porque tal vez era algo importante lo que le querían avisar.

- Lo lamento, lo lamento mucho. - Dijo él antes de atender el teléfono.

Era Peter, quería reunirse con él de inmediato así que tuvo que irse. A veces los llamados pueden ser muy inoportunos.

Apareciste como un sueño.Where stories live. Discover now