Capítulo Veinticuatro - Estamos atrapados.

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Noah estaba mirando para otro lado, asustado: lo noté porque sus músculos estaban tensos y  se le había acelerado la respiración. 

- Ay no. - Él se me quedó mirando, pero luego volvió a mirar a donde estaban esos hombres. - No, no, no, no, no. 

Cuando empezamos a movernos, todo fue muy rápido. Empezamos a correr. Tomados de las manos, la velocidad de los dos se transformaba en una sola. Tratamos de mantener el ritmo del trote, pero cada vez nos cansábamos más. Decidí, con un movimiento brusco, mirar para atrás. 

- Noah, ¡están ahí! - le dije, agitada -  Como diez paparazzis atrás de nosotros, ¡corré!

Miró para atrás y los vio. Eran más o menos diez hombres vestidos de negro con cámaras en sus manos. Seguimos corriendo, dimos vuelta la esquina y encontramos un lugar pequeño entre dos casas, nos escondimos ahí. Los paparazzis pasaron y siguieron corriendo hasta la otra calle. Decidimos quedarnos ahí un rato más solo por si volvían a aparecer.

Noah resopló y se agarró la cara con las manos. Me miró con una expresión rara, entre triste y enojado. Le devolví la mirada. 

- Creo que tenemos un gran gran gran problema.- Le dije a Noah, que se había apoyado contra la pared, pasándose las manos por su pelo con cara de preocupación.

- ¿Creés que nos habrán seguido desde el principio? - me preguntó. 

- No lo sé, no creo. ¿Vos viste algo cuando estábamos saliendo?

- No, nada. 

- Yo tampoco. - le dije, tratando de recorrer de nuevo todos los momentos de esa tarde en cámara lenta - Cuando salimos nadie nos vio, y no había ni un alma en la calle mientras estábamos tomando el helado. No entiendo. 

- Esto es muy injusto.

Se sentó en el piso con sus manos tapándole la cara. Me senté al lado de él y lo abracé. 

- No quiero que esto arruine todo, princesa. - me dijo con tono triste. Me rompió el corazón escucharlo así. 

- Noah, nada va a pasar, tranquilo. - lo abracé más fuerte - Tranquilo.

- Pero ni siquiera podemos salir a tomar un helado a un lugar donde no hay gente. Esta calle está desierta, no hay un alma. ¿Entendés? Estamos atrapados. 

- Al final no era tan divertido ser una pareja en secreto... - le dije, en voz baja.

- No, no lo era. 

- Creo que ahora tenemos que encontrar el modo de volver, y tratar de dejar de pensar en eso. No te preocupes más. - le aparté el pelo de la cara - Si pasa algo vamos a superarlo juntos, ¿sí?

Me miró con tanta ternura que se me retorció el corazón. 

- Te amo mucho, ¿lo sabías?

Sonreí y me acerqué un poco más. Le dí un beso en la mejilla, él puso su cabeza sobre mi hombro.

- Si lo sabía. - Susurré - Yo también te amo mucho, mucho, mucho.

Nos quedamos ahí más o menos quince minutos. Fueron quince minutos en silencio, dejándonos pensar, dejándonos sentir  todo lo que estaba pasando. Cuando vimos que no había nadie por la calle, recorrimos el camino en sentido inverso hasta el auto y Noah manejó hasta su casa. El viaje fue, de nuevo, en silencio. Pero lo sentí muy cercano, muy junto a mí. 

Lo único que nos quedaba por hacer era esperar que las fotos aparecieran. Me daba un poco de nervios la situación. Decidimos entrar a redes sociales a ver si algo había llegado a los  medios. Entramos finalmente a Twitter y encontramos una tendencia mundial.

#NoahWhoIsThatGirl

Estábamos en grandes, grandes problemas. 

Apareciste como un sueño.Where stories live. Discover now