Opuestos Dispuestos. (Clexa)

Epílogo.

Queridos Lectores:

Antes de que despidamos esta historia, me gustaría darles las gracias por apoyarme, por seguirme, y por alentarme con sus votos, lecturas y comentarios para seguir esta trama, la cual, a decir verdad, pensé más de una vez en cancelar.

Al igual que muchos de ustedes, el cariño que le tomé a Octavia, Lexa y Clarke fue enorme, por lo que he decidido trabajar en una nueva novela que las tendrá como protagonistas a esta pareja, el primer capítulo estará disponible en el momento en que lean esto, pueden buscar la historia en mi perfil bajo el nombre de "Beauty & Caos".

Para terminar y dejar que lean tranquilxs, quiero aclarar que "Opuestos Dispuestos" no tendrá una segunda parte.

Muchas gracias nuevamente por todo el amor y la paciencia.

Pd: también quiero agradecer a quienes no me dejaron de seguir hace un rato.

-RS.

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-¿Mamá, has visto mi chaqueta negra?-

Clarke se giró y vio a su hija mayor, la cual definitivamente era igual a Lexa.

-Está en tu armario...-

-¡Gracias!-

La mayor volvió su vista a lo que hacía y acarició con anhelo la foto entre sus manos. Había sido tomada tres días antes de todo, ella y Lexa estaban abrazadas, mientras que Octavia sostenía a Aden en sus brazos y Madi, como la niña tan tranquila que era, estaba parada en medio de la pareja, abrazándose a la pierna de Clarke con su dedo pulgar en la boca. Quizás la foto para otros podría ser un total desastre, de esas que borran sin importancia, pero, para ella era todo lo contrario, pues demostraba cómo era su perfecta familia sin decir palabra alguna. 

-¡Mami, Aden está molestándome!-

Clarke guardó la fotografía y subió a la habitación que compartían los mellizos, encontrándose con Madi en el suelo y Aden sobre ella intentando hacerle cosquillas.

-A ver, pequeño salvaje, deja a tu hermana en paz.- El pequeño obedeció y se apartó.- ¿Están listos? Debemos irnos ahora o no alcanzaremos a entrar.

-Sí, estamos listos.- Respondió el chico.

-Esperen abajo, iré por su hermana.-

Subió a lo que hace años fue la habitación de Lexa, la cual, actualmente, era la de su hija mayor, y tocó la puerta.

-O, si no nos vamos ahora no podremos entrar, ¿Estás lista?-

La puerta se abrió, dejando ver a la chica. Clarke sentía orgullo de la belleza que poseía su hija, pues era en todos los sentidos que pudieran existir. Ambas bajaron al primer piso, Clarke tomó sus llaves, y todos salieron de la casa.

-¡Copiloto!- Gritó Octavia, corriendo hacia el auto.

Los dos más pequeños persiguieron a su hermana en una carrera para poder sentarse adelante, pero, por motivos obvios, la mayor ganó, obligando a los pequeños a sentarse en los asientos traseros. El camino fue algo tedioso, pero no era nada que no se pudiera solucionar con música y cantos desafinados, una vez que llegaron a su destino buscaron la habitación correcta y entraron sin hacer mucho ruido.

-Vayan, con cuidado.- Les dijo Clarke a los pequeños.

Madi fue la primera en acercarse con paso rápido a la camilla que se encontraba en el centro de la habitación para ver si la persona que estaba ahí estaba despierta o no.