24.

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Había sido algo agotador, pero nuestro equipo favorito ya estaba, al fin, en la semi final del campeonato. Todos estaban realmente felices, así que, pasaran o no a la final, la experiencia y el recuerdo serían increíbles, algo digno de contar a sus futuros descendientes. Faltaban tan solo unas cuantas horas para que tuvieran que colocarse sus uniformes, subirse a la camioneta negra que suele esperarlos fuera del hotel, jugar frente a una cantidad descomunal de gente en una arena y luego, independientemente de los resultados, dar unas cuantas entrevistas para foros y unas cuantas fotos con algunos fans del juego.

-¿Es normal no estar nervioso? Creo que ya me estoy acostumbrando a este tipo de cosas.- Dijo Roan mientras jugaban.

Los cinco estaban practicando en el pequeño espacio que habían habilitado ellos mismos.

-Mm... no lo sé, dicen que si estás nervioso es porque te importa en verdad, pero también puede que ahora estés tranquilo porque sólo es una práctica más, y hemos tenido bastantes desde que llegamos.- Le respondió Harper.

-O también puede ser que intentes hacerte el valiente porque creas que se vería ridículo que un tipo tan grande, musculoso y peludo como tú esté nervioso por un juego, que creo que es lo que te pasa, pero tranquilo, es normal, vamos a jugar en un estadio repleto de personas.- Dijo Monty, haciendo que los cuatro restantes lo quedaran mirando impresionados, menos Roan, él lo miraba con el ceño fruncido.

-No es eso, sólo no estoy nervioso, sería ridículo si quiera el considerar tu teoría.- Le contestó, volviendo su vista al monitor.

-Y así es como nuestro pequeño Monty vuelve a acertar con sus teorías sobre hombres reprimidos.- Dijo Lexa, provocando una risa en absolutamente todos los presentes, porque sí, Clarke, Octavia, Bellamy y Ontari también estaban ahí, solo que ellos preferían estar jugando monopoly sobre una de las camas.

Cada grupo siguió en lo suyo. Hubo un momento en que Lexa, tras una desconcentración, murió, por lo que tenía unos segundos para descansar los ojos y estirarse un poco, provocando unos sonidos muy fuertes provenientes de su pobre y adolorida espalda. La castaña se giró ara ver qué hacían los demás y se topó con una escena bastante tierna. Clarke estaba sentada a lo indio sobre la cama con Octavia sentada en aquel huequito que se formaba y su hermano menor estaba durmiendo boca abajo (con lo que pensó que despertaría cuando se estuviera ahogando). Sus dos chicas miraban el tablero bastante concentradas mientras que la hermana de Roan movía su token unas cuantas casillas.

-Hey, Heda, ¿Estás bien?- Le preguntó Lincoln, haciendo que lo mirara algo sonrojada.

-Sí, sí, estoy bien, sigamos con el juego.- 

El moreno asintió y ambos volvieron sus miradas a sus monitores, siguiendo en lo que estaban.

Lo único que se podía escuchar en aquella habitación de hotel eran las ordenes que daba Alexandria y las risas y unos cuantos murmullos de los jugadores de monopoly, todo se veía como si siempre hubiese sido así, muy tranquilo, muy acogedor, muy feliz.

Así era, al menos, como Lexa y Clarke lo sentían. Se sentían, por primera vez en sus vidas, totalmente completas.

*****

Los cinco corazones latían muy fuertes en los pechos de sus dueños, el sonido de las palpitaciones eran casi tan fuertes como los gritos de los fanáticos que se encontraban al otro lado del telón. El equipo entero se tomó de las manos, sentían temblar a los otros.

-¿Recuerdan que les dije que no sentía nervios? Bueno, estaba equivocado, están bastante presentes.- Soltó Roan.

-Tranquilo grandote, siempre lo supimos.- Le contestó su mejor amiga.

Opuestos Dispuestos. (Clexa)Where stories live. Discover now