Opuestos Dispuestos. (Clexa)

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Como ya era de esperarse, los chicos ganaron la categoría en la que estaban, quedando, por el momento, dentro de los 5 mejores equipos del campeonato mundial. La ofertas de patrocinadores y demás no dejaban de llegar, y la estadía en Europa duraría mínimo una semana más, lo "malo" era el hecho de que la próxima partida sería en cuatro días más, pero en realidad eso no tenía nada de malo para las 9 personas que estaban en el viaje.

Pero ahora todos tenían una sola misión, comprar algo elegante para la gala a la que tendrían que ir, y sí, estaban totalmente obligados, eran el equipo que más polémica habían causado.

-No, Harper, no usaré un vestido.- Intentaba convencer Lexa.

-Al menos pruébate algunos, tienes un físico increíble, podrías ponerte cualquier cosa y se te vería espectacular.-

-No, busquemos otra cosa.-

-Al menos deja que busque un vestido para mi, ¿te parece?-

-Bueno, eso sí.-

*****

-¿Me voy bien con esto?- Preguntó Clarke a Ontari, la hermana de Roan.

-Rayos, ¿Quieres matar a esa pobre chica? Porque así podrías asesinar a un ejercito entero.-

-¿En serio?-

-Claro que sí, chica, estás que ardes.-

-Bien, entonces este es, ¿te decidiste tú por el tuyo ya?-

-Sipis, ya dejé la bolsa en el coche, sólo faltas tú para poder ir  la peluquería.-

-Bien, iré a pagar esto, espérame en el auto.- 

La castaña se fue y Clarke fue a la caja para poder pagar por aquel precioso vestido, quería lucir sensacional aquella noche, y, de paso, hacer babear un poco a Lexa.

*****

Luego de casi tres horas viendo y probando diferentes vestuarios, Lexa, por si sola, se decidió por un vestido que le había encantado, cosa que era muy raro, mientras que Harper había escogido el suyo hace ya casi una hora. Cuando ya tenían las bolsas con sus vestidos y accesorios, se reunieron con Bellamy, el cual no iría a aquella gala, pues estaba muy cansado por salir a recorrer un poco, además se había ofrecido para cuidar de la menor. Dejaron las cosas en el maletero y se fueron con el estilista que les había conseguido Roan. Era uno de los mejores de la ciudad.

Después de horas preparándose e intentando aprender a controlar su lado de fan, los 7 personajes que irían estaban listos, pero se habían dividido en dos grupos, se encontrarían allá mismo. En un grupo estaban Roan, Harper, Lexa y Monty, mientras que en el otro estaban Clarke, Ontari y Lincoln.

La noche había llegado , una camioneta  esperaba al grupo de la capitana fuera del hotel, mientras que los otros se iban en un auto que Lincoln había rentado para ese día. Lexa estaba realmente ansiosa por ver a la rubia e iba imaginando cómo es que iría vestida. Desde aquel primer beso, las cosas entre ellas dos habían ido cada vez a mayores, dormían juntas, (ya no estaban los cinco en la misma habitación, los habían movido a petición de ellos mismos) se daban cariño, hablaban hasta muy tarde, en resumen, sólo faltaba que alguna de las dos hiciera la pregunta. 

Al fin Alexandria podía decir que tenía una muy buena chica a su lado, una muy buena hija (porque ya nadie podía hacer que Octavia no viera a Lexa como su madre) y un muy buen hermano, o sea, tenía la familia con los que muchos soñarían tener. Era primera vez que se sentía tan bien con lo que era su vida y todo lo que había pasado antes, era primera vez que se sentía tan completa, y le gustaba muchísimo, así que se prometió que haría hasta lo imposible por mantener así las cosas.

La castaña salió de sus pensamientos cuando llegaron a un salón gigante, estaba lleno de fotógrafos, entrevistadores y reporteros. El chofer abrió la puerta y miró a los chicos.

-¿Han estado en una alfombra roja antes?.- Los cuatro negaron.- ¿Han visto alguna por la televisión?- Los cuatro asintieron.- Bien, hagan lo mismo que hace Beyoncé, Rihanna, y Lady Gaga.- Les tendió la mano y les ayudó a bajar.

De inmediato los entrevistadores quisieron acercarse, pero un guardia llegó al rescate del grupo. Antes de seguir debían esperar al resto, los cuales no se tardaron más de cinco minutos en llegar. Cuando llegaron y bajaron, los cuatro quedaron totalmente impresionados. Lincoln llevaba un traje negro abierto y una camisa negra, se veía muy bien, Ontari usaba un vestido gris, y Clarke uno negro con el escote justo para volver absolutamente loca a Lexa. Pero la castaña no había sido la única en quedar encantada por el vestuario de su acompañante, pues, al momento en que Clarke vio a Lexa en aquel vestido verde oscuro con detalles, sintió cómo su corazón salió de su pecho, fue a buscar  su cerebro y se fueron a algún bar de mala muerte, dejándola totalmente abandonada y a su suerte.

Ambas se acercaron.

-Te ves... Increíble, Dios, eres realmente guapa.- Dijo Lexa, causando que l mayor se sonrojara violentamente.

-Tú tampoco te quedas atrás, Woods, estás que ardes, ya veo que muero en cualquier segundo.- La elogió.

Ambas estaban muy sonrojadas y no podían mirarse con más cariño. Entrelazaron sus manos y comenzaron el camino de la alfombra roja, y, como el chofer de la camioneta les había dicho, sólo comenzaron a posar de maneras coquetas entre ellas y profesionales. Una vez que llegaron al salón, la castaña se giró y se quedó mirando a la rubia.

-¿Qué pasa?- Le preguntó Clarke.

-¿Quieres ser mi novia?-

La mayor no supo qué responder, pues la castaña solía bromear con todo.

-¿Es una broma?-

-Para nada, sé que no es el lugar más romántico del mundo, pero me gusta esto que tenemos y ¿por qué no hacerlo oficial? Estamos en una fiesta muuy cara en París. Así que, Clarke Griffin, ¿Quieres ser mi novia?-

-¡Claro que quiero! Quiero vivir contigo como una familia, quiero poder mimarte cada vez que quiera sin excusa alguna, quiero apoyarte en cada momento, por muy fácil o difícil que sea, quiero estar ahí para ti, que confíes en mi como yo confío en ti.

Ambas chicas se abrazaron muy fuerte, era lo más tierno que le habían dicho a la castaña en toda su vida, ¿Cómo no enamorarse de semejante ángel que era Clarke? ¿Cómo pudo detestarla tanto en algún momento de su vida?