Prólogo

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Despertó sintiendo piqueteos incómodos en su mejilla, algunos susurros, y lloriqueos de niños, también un agudo llanto de un bebé. El frío invadió su cuerpo provocando escalofrío en su espina dorsal, tan frío igual que el suelo en invierno, pero hasta donde ella recordaba debía de estar adentro de su cama ya, en su habitación con la califaccion encendida .

—Uggh—La rubia finalmente abrió los ojos con dificultad, encontrándose un tanto aturdida. Una ventana abierta dejaba colar viento —¿Dónde estoy?

A unos metros suyos, unos niños pequeños sostenían unas varillas de metal, seguramente lo consiguieron en alguna parte de la habitación.

Las piernas le fallaron al primer intento de levantarse, sintió mareo, por lo que tomó la posibilidad de estar ebria.... pensándolo bien, no. Su padre era muy sobre protector hasta los huesos, tanto que se volvía molesto diciendo que todavía era su niña.

—Esta viva ¡Corre!—Grito el niñito de cabello color castaño-salmón a uno pelinegro, el último corría torpe pues no parecía tener siquiera dos años

Miró a su lado, habían más personas desmayadas pero ella lucia ser la mayor, a excepción de una chica de cabello negro y rizado, podría tener su edad o tal vez menor por poco. El llanto cesaba hasta ser desesperado.

—¿Eh? — Sobó su cabeza a medida que se levantaba,mas allá había un bebé en una manta color beige—¿Yuu?

Antes de tomar el proveniente del llanto, cerryo las ventanas no sin antes mirar a través de ellas.

—Esta lloviendo—Suspiró aliviada, por un momento pensó haber sido parte de un secuestro. Aunque no era seguro,no tenía idea quienes eran esas personas o más bien niños.

Eso era aún peor ¿Y si era una trata de personas?

Pero, secuestrar a la princesa.... Eso era un terrible error. No pudo evitar sentirse tan asustada.

Tomó al pequeño en sus brazos alejando cualquier preocupación.
La primera suposición fue que era su hermano más no conocía a esos otros niños, además, lo último que recordaba fue acostarse después de celebrar su cumpleaños decimo sexto con sus padres y amigos.

Observó unos mechones purpuras en el cabello rubio cenizo del bebé junto a unos brillantes dorados ojos aguados que pararon de llorar. Negó con la cabeza, su hermanito era rubio y los ojos eran de un azul profundo a como su padre. Miró la una manito del bebé extendida con una manilla de oro puesta, las letras marcaban lo que parecía ser su nombre.

—Con que también te llamas Yuu ¿Eh?—Sonrió dándole leves caricias en la cabeza, era muy pequeño.

Su pierna se tensó al sentir una mínima presión, por acto reflejo vió hacia abajo encontrando nuevamente al pequeño de cabello azabache sollozando, también era un bebé, solo que ya debía tener al meno un año.

—¿Mami?

La rubia se agachó sin soltar al bebé más pequeño, levantó la cabeza viendo al niñito de cabello salmón asomado detrás de un mueble.

—Ven aquí, no te haré daño—Dijo mientras acariciaba al niño pelinegro para calmarlo. Este salió de su escondite tímido y nervioso, apenas vio los rosados ojos de la chica corrió emocionado

—Mami—Murmuro con su voz infantil. La muchacha miro más hacia atrás del niño—¡Mamá!

Sin más se abalanzó echando para atrás su cabeza, desconcertada antes su repetitivo llamado "Mami"

—¿Quien eres?—Preguntó luego de separarse. Los ojos del niño eran similares a los del bebé de meses. Dorados

—Eres muy graciosa mamá —Sonrió más tranquilo, sin embargo la pregunta si fue rara. "Su mamá" preguntaba su identidad. Pero luego de mirarla unos segundos con los ojos entrecerrados, dió un paso hacia atrás. —Ah... No, no eres mi mamá. ¡Pero te pareces mucho a ella.... Y a... ¿Shu-san? ¿Te disfrazaste de mujer?

Mamá de 12 -© Clan Komori [Diabolik lovers]Where stories live. Discover now