Mamá de 12 -© Clan Komori [Diabolik lovers]

D i e c i s é i s

—¿Se supone que vamos a celebrar nuestros daños?

Ruki observó con extrañeza la comitiva tan enorme extendida por todo el comedor, lógicamente se debía también a la gran cantidad de personas que se reunirían allí, sin embargo, aún no tenía del todo muy claro a qué se debía el llamamiento de Ayato, tanto así que Karlheinz también se hallaba ahí.

—¡Y yo que pensé que tú cabeza cargaba más que pelos!—Gritó Ayato bajando las escaleras con una enorme sonrisa— ¡No! ¡Esto los dejara con la boca abierta! Será mejor que se sienten.

—Este, Cariño. aún faltan....

—Ah, no me digas. Falta el mugroso...—Espetó con desdén.

Yui frunció el ceño a medida que se acomodaba en la silla continua de uno de los puestos principales de la mesa en donde debía ir Ayato, en el otro estaba Karlheinz en una conversación con Carla sentado al lado.

Ni siquiera Yui tenía idea para que la reunión tan urgente de su prometido, porque según él, ella ya lo sabía. Tanto así que invitó a su ex novio con el que intentó huir hace casi veinte años, que según su intuición de mujer, solo sería para restregarle algo en la cara.

—Deja de llamarlo así.

—¿Lo estás defendiendo?

Todos los presentes le restaron importancia a la discusión. Habían conversaciónes más interesantes como por ejemplo, la de las tres niñas mayores. Shu, Reiji y Laito tenían la oreja parada como radar atento. Se les complicaba bastante con los cuchicheos de los demás, las risas de algunos, la discusión de Ayato y Yui, y el llanto de Yuu; pero valía la pena fingir dormir, acomodarse la ropa o jugar con los cubiertos.

—Estoy un poco nerviosa, ¿Recuerdan cuando les conté de lo que me enteré cuando me perdí en el laberinto? le pregunté a mamá sobre Kyo-san.—Hablaba Eva— Se puso muy incómoda pero de una manera sutil me confirmó que si tuvo algo que ver con él.

—¿En que momento hiciste eso? —Preguntó Rini. A lo que su hermana solo levantó los hombros.—Bueno, ¿Y por qué se supone que deberías de estar nerviosa?

—Es que... Le pregunté si Daisuke-kun existía aquí, y en efecto es así. —Comentó con un leve sonrojo—Quizás venga—Suspiró mirando el techo—No lo veo desde que....

Desde que casi los matan a ambos. Se sentía tan mal por eso, no podría perdonarse si le hubiera llegado a pasar algo; después de todo, fue ella la que lo arrastró por insistencia.

—¿Eh? ¿Daisuke?—Shunny levantó una de sus doradas cejas. Tanto ella como Rini al parecer de Eva, también lo conocían—¿Es tu novio o algo así? Eso no me lo esperaba.

Después de sus dos hermanas y su tío Shu; se hallaba su padre que por lo visto tiró todos sus cubiertos al suelo. Se alertó un poco al pensar que quizás la escuchó, pero con tanto bullicio y la voz tan baja le parecía imposible.