Epílogo. 10 años después

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- ¿Te gusta tu regalo?- preguntó Clarke con voz sensual en un susurro.

- Me encanta.- respondió la castaña pasando sus brazos por el cuello de Clarke y atrayéndola hacía sí para besarla apasionadamente introdujendo la lengua en su boca.- Y me encantas tú.

Volvieron a unir sus bocas en un frenético baile sin una vencedora clara. A pesar de ser un lugar frío y húmedo, empezaron a sentir calor, mucha calor. Se quitaron la ropa mutuamente disfrutando del proceso, como si fuese algo nuevo, como si no lo hubieran hecho nunca, cuando en realidad se conocían cada palmo de su cuerpo, estaban acostumbradas a recorrerse cada centímetro del cuerpo de la otra. Clarke se situó encima de la castaña. Besó sus labios con premura y luego empezó a descender, aunque antes pasó su lengua por la oreja de Lexa, cosa que sabía que la encantaba y la excitaba al máximo. Hizo una larga parada por los pezones, la respiración de Lexa era entrecortada. Por un momento, Clarke creyó que llegaría al orgasmo sin ni si quiera tocar su centro. Al llegar al final del camino, notó la gran humedad de la castaña, pasó sus dedos por su clítoris, masajeándolo primero con suavidad y luego con más fuerza. Hizo una breve pausa, en la que Lexa soltó un bufido, exigiéndola que continuase. Clarke sonrió e introdujo sus dos dedos con fuerza, provocando que la castaña se arquease para facilitar la entrada. Los gemidos de Lexa iban en aumento, acompasándolos al ritmo en el que la rubia se movía dentro de ella, hasta que finalmente, las paredes se estrecharon encerrando los dedos de Clarke y su Comandante llegó a un placentero orgasmo. Permanecieron varios segundos en la misma posición sin moverse, a Clarke le gustaba quedarse dentro de Lexa unos instantes después del orgasmo. Finalmente salió de su interior y se tumbó a su lado, esperando que la castaña se recuperase. Cuando Lexa había conseguido estabilizar su respiración, empezó a hacer cosquillas con las yemas de sus dedos en el abdomen de la rubia, justo donde yacían las cicatrices que le marcaban la piel desde hacía más de diez años. Lexa adoraba masajear esa parte de la fisionomía de Clarke, aunque ella siempre se había mostrado algo incómoda que lo hiciese. Se avergonzaba porque le habían quedado unas marcas poco estéticas y no entendía como a Lexa le podría gustar tocarlas y besarlas. Y eso es lo que hacía en aquellos instantes porque sus manos habían dado paso a su boca y ahora saboreaba las cicatrices con devoción, poniendo especial enfásis en la que ella misma le hizo al sacarle el dispositivo de rastreo.

- No entiendo cómo te puede gustar...- murmuró Clarke con la voz entrecortada.

Eso hizo que Lexa parase de besar su abdomen y se incorporara para quedar a la misma altura que la rubia.

- Me encanta cada parte de tu cuerpo, Clarke, incluso las que odias.- contestó simplemente antes de fundirse en un apasionado beso.- Eres preciosa.- le susurró al oído.

Luego regresó donde estaba para volver a depositar tiernos besos en cada una de las cicatrices, seguidamente descendió aún más por el ombligo y la ingle sin separar sus labios del cuerpo de la rubia, hasta llegar al húmedo centro de Clarke, la cual ya se encontraba extremadamente excitada. No tardó en saborearla, introduciendo la lengua y moviéndola con habilidad, provocando que en poco tiempo Clarke llegase al éxtasis.

Pasaron un largo tiempo, regalándose caricias y demostrándose el profundo amor que se profesaban y que no había mimvado desde que se habían conocido. Parecía que cada día se amaban más y más. Sudorosas y agotadas, decidieron reponer fuerzas y cenar algo de lo que había traído Clarke, disfrutando de una agradable charla. Cuando acabaron, Lexa empezó a recoger ante la extraña mirada de su rubia.

- Creo que deberíamos volver ya, es tarde.- le dijo la castaña viendo que Clarke no se había movido ni un centímetro del improvisado catre.

- De eso nada, hoy eres toda mía, mi Comandante.- repuso Clarke con voz sensual tumbándose nuevamente en la cama a modo de invitación para Lexa.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now