Capítulo 20. Encuentro inesperado

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La primera parada fue Arkadia, la Comandante quería ver el lugar donde Clarke supuestamente había desaparecido y ver si encontraba algo fuera de lo normal. Durante el camino no se encontraron ninguna amenaza, ningún rastro del potencial enemigo que seguramente les estaba acechando y se había llevado a Clarke. Tampoco lo esperaba. Bellamy se había pasado días rastreando aquellos bosques sin encontrar nada, hasta que se le ocurrió que el único destino posible para Clarke era Polis. Por desgracia, la rubia no había huido a Polis para estar con Lexa, estando con ella nada de esto habría pasado. Cuando llegaron a Arkadia, no había nada, ni rastro del ataque. Los skaikru se habían encargado de enterrar los cuerpos de los fallecidos. Raven le contó que todos tenían cortes por el cuerpo producidos seguramente por espadas, es por ello que Bellamy sospechó de la gente de Lexa. Todos habían muerto igual. Raven tenía la teoría que solo buscaban matarles porque tanto las tiendas como los instrumentos que habían llevado para reconstruir Arkadia se encontraban en el suelo, tal y como los habían dejado las víctimas antes de morir. No habían robado nada, nada de ello les interesaba, solo acabar con su vida y llevarse a Clarke ¿Quién podría haber hecho algo así? Todos los clanes estaban agradecidos al agua que habían llevado los skaikru y la paz reinaba en sus tierras, no entendía que hubiese clanes interesados en acabar con ellos. Quizá para hacerse con el agua que ellos portaban, pero la gente de Clarke eran los únicos que sabían utilizar aquella tecnología tan avanzada, no tenía sentido. Además, el día que se enteró de la desaparición de Clarke, volvió a llover y durante aquellos días había llovido prácticamente cada día para satisfacción de todos.

Estuvieron todo el día recorriendo Arkadia y los alrededores buscando cualquier pista que la condujese a quien se había llevado a Clarke. Sin éxito. Bellamy ya lo había hecho antes, pero quería asegurarse que al joven no se le escapaba nada. Y efectivamente, no había nada que les diera alguna pista. Lexa le habría gustado ver los cadáveres para tratar de averiguar cómo habían sido los cortes, por si podían identificar el tipo de arma. Quizá eso le diera alguna pista. No obstante, sabía que no accederían a ello, así que prefirió no hacerlo. De todos modos, tampoco podría saber con certeza el tipo de arma. Decidieron hacer noche allí, Lexa se acercó al grupo de los skaikru con un mapa del territorio con la intención de establecer una estrategia en la búsqueda. Peinarían todo territorio conocido primero, irían a todas las aldeas buscando alguna pista. Y eso hicieron. Empezaron por los pueblos del sur cruzando las tierras áridas y desérticas hasta que llegaron a la costa, luego siguieron al este hasta que también se encontraron con la costa y el lugar donde los skaikru recogían el agua para potabilizarla, luego cruzaron todos los clanes y los bosques para ir al oeste, donde llegaron al límite con el desierto. En ningún territorio habitable tenían noticias de Clarke, era imposible que quienes les atacaron hubiesen podido desaparecer sin dejar rastro, alguien debió haberlos vistos. Debía ser un grupo numeroso para acabar con los skaikru que habían ido a repoblar Arkadia. No obstante, a todo aquel que preguntaban, la respuesta siempre era la misma: no habían visto a ningún grupo sospechoso ni a Clarke. Era muy frustrante. Llevaban semanas de búsqueda infructuosa y solo quedaba ir al norte a los territorios del Reino del Hielo, era el último límite que quedaba por explorar. Si allí no obtenían noticias, no sabrían dónde buscar ya.

Durante todas aquellas semanas, Lexa tuvo que lidiar con la desagradable compañía de Bellamy. No se llevaban bien, nunca lo habían hecho y no lo harían ahora. Si se soportaban era porque les unía un mismo objetivo. Su relación era más que tensa y en más de una ocasión, Lexa se tuvo que contener para no ensartarle con su espada. Ganas no le faltaban, pero se contenía. La situación mejoró después de una conversación que tuvieron, una noche, mientras estaban acampados a las a fueras de uno de los poblados, en los bosques de los límites del oeste. Lexa observaba las estrellas a los pies de la hoguera que habían encendido para calentarse y cocinar algo de cena. Todos estaban durmiendo ya, excepto los guerreros que se quedaban de guardia y ella. Y también Bellamy que se sentó a su lado. La Comandante le observó atentamente, parecía cansado y triste, tenía profundas ojeras, provocadas por la falta de sueño. El chico suspiró pesadamente antes de hablar.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now