Capítulo 26. La batalla

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La noche había caído y empezaba hacer frío en aquel oscuro bosque. Llevaban horas ocultos entre los árboles, fundiéndose con los colores oscuros que proporcionaba la naturaleza, con las armas preparadas para atacar. Habían pasado dos semanas desde que Raven informó que tenía un arma para combatir a aquellos no humanos. En un primer momento, dudaron en si iba a funcionar, pero en cuanto pudieron probarlo, vieron que sí. Raven les había dado un instrumento con el que combatir y desde entonces eso hacían. La Élite había destruido por completo Polis y no habían dejado a nadie con vida, su hogar ya no existía. También habían bombardeado el Monte Weather, pero los skaikru habían sabido anticiparse y cuando bombardearon el Monte, llevaban días ocultos en los pasadizos secretos de aquella imponente edificación. Debía admitir que aquella gente era inteligente, desde que volvieron a ocupar el Monte habían construido prácticamente una ciudad subterránea con todo lo necesario para sobrevivir durante meses. Era impresionante.

Esta era la segunda noche que pasaban fuera, sabían que los humanoides de la Élite se estaban aproximando por aquel bosque y la intención era destruirles. Habían rehusado todos los ataques que habían hecho hasta el momento. No tenían mucha idea de estrategia militar y no se conocían el terreno, aquello suponía una gran ventaja. El problema es que no sabían cuántos eran y ellos en cada enfrentamiento perdían guerreros. Deberían de pensar en cambiar de estrategia porque si seguían así, finalmente, acabarían todos muertos o exiliados en la estación espacial sin manera de regresar a casa.

Lexa estaba al frente de un destacamento de sus guerreros, mientras que Bellamy estaba en otro punto del bosque oculto también, con sus soldados, esperando el momento adecuado para atacarles. La comunicación entre los dos grupos se producía por radio. Clarke, para alivio tanto de Lexa como de Bellamy, se había quedado en el Monte. Había aceptado que era más útil asistiendo a los heridos que combatiendo, un papel igual de importante que el de ellos o incluso más, porque ella se encargaba de salvar la vida de aquellos que llegaban heridos. Durante los días que había permanecido en el Monte con Clarke, la relación había sufrido bastantes altibajos. No soportaba verla con Bellamy, era superior a ella, intentaba recordar que solo estaba con él porque no quería dejarle en mitad de la guerra, pero que realmente a quien amaba era a ella. No podía evitar sentir celos y se sentía débil por ello. Hacía mucho tiempo que había entendido que el amor no era debilidad, pero los celos sí que lo son. Es debilidad e inseguridad ¿Y si finalmente una vez acabado todo decidía continuar con él? Sentía miedo al plantearse esta posibilidad. Había tenido algunos momentos a solas con Clarke durante aquellos días, pocos, en los que la rubia le aseguraba que la amaba a ella y que dejaría a Bellamy cuando todo acabase. Sin embargo, no siempre Lexa se conformaba con aquella respuesta y eso también hacía enfadar a Clarke por, según ella, la poca comprensión con la situación que mostraba. Había discutido con ella justo antes de marchar y ahora sentía congoja por si moría y no volvía a verla para poder solucionarlo.

- ¿Estás aquí o pensando en la rubia?

La voz de Roan interrumpió sus pensamientos. Finalmente, había decidido perdonarle la vida y él, habiéndolo perdido todo, tanto la familia como a su gente, le juró fidelidad. Luchaban por un mismo objetivo, Roan ansiaba la venganza, tenían un enemigo en común. Lexa no podía negar que era uno de los mejores guerreros que tenía en aquellos momentos, después de perder a Kuro, Indra y Kiara, es por ello que decidió que fuese su guardia personal. No temía que la traicionase y sabía que lucharía ferozmente a su lado. Después de tres años, visitándola cada día, había perdido las formalidades con ella y es por ello que se permitía la libertad de hablarle así.

- ¿A cuánta distancia están?- preguntó Lexa obviando la anterior pregunta del guerrero.

- Según la skaikru de la radio llegarán en unos quince minutos.- se refería a Raven que podía ver la posición de los robots por los pequeños drones que vigilaban el territorio.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Where stories live. Discover now