Capítulo 10. La lección

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Los rayos de Sol que se colaban por las rendijas de la tienda despertaron a Clarke, no se acababa de acostumbrar a dormir en tiendas o a la intemperie, en cuanto empezaba a ver algo de luz, siempre se despertaba. No obstante, ese día se despertó con una sonrisa dibujada en el rostro, recordando todo lo que había pasado la noche anterior, apenas habían dormido. Se estiró y se notó dolorida, pero era el dolor más satisfactorio de su vida. Palpó a su lado de la cama y la encontró vacía, entonces, se incorporó para mirar de lado a lado. No había nadie en la tienda, Lexa se había marchado. Estaba a punto de levantarse para empezar a vestirse, cuando vio como alguien entraba en la tienda, enseguida se metió entre las sábanas para ocultar su desnudez. Por suerte, se trataba de la Comandante.

- Buenos días, traigo el desayuno.

Llevaba una bandeja repleta de fruta, queso y pan, se acercó a la cama poniendo la bandeja a un lado y se recostó con Clarke, antes de darle un tierno beso. Clarke contempló la bandeja llena de comida y le protestó el estómago, no había probado bocado desde el almuerzo del día anterior.

- ¿Pretendes enamorarme más todavía trayéndome el desayuno a la cama?- preguntó Clarke divertida, lo que provocó que la castaña sonriese. Tenía una sonrisa preciosa, que únicamente le dedicaba a ella, cuando dejaba de ser Heda para convertirse en Lexa, una chica que amaba a otra chica.

- Supuse que tendrías hambre.- contestó Lexa dándole un bocado a una manzana con naturalidad.

Durante varios minutos comieron relajadamente, hablando de cualquier tema intrascendente, como si no estuvieran a las puertas de una guerra, que prometía ser brutal y que acabaría con la vida de muchos de los que estaban allí. Ambas lo sabían y estaban preocupadas por ello, pero no se atrevían a romper aquello que habían creado, esa burbuja en la que ambas se encontraban donde la guerra estaba en segundo plano y lo más importante era disfrutar de la compañía de la otra.

- ¿Cómo conseguiste que te dejaran entrar en la tienda?- preguntó Lexa con curiosidad cuando ya habían acabado de desayunar y Clarke se estaba vistiendo.

- ¿Dudabas que lo fuera a conseguir?- le devolvió Clarke la pregunta alzando las cejas con un deje de superioridad. Lexa volvió a reír.

- La verdad es que no, no he conocido persona más cabezota que tú.- repuso la Comandante.

- Indra me dijo donde estarías y les dijo a los guardias que no molestasen, me está empezando a caer bien.- explicó Clarke sin perder la sonrisa, Lexa cambió de expresión y pareció pensativa.- ¿Supone algún problema para ti?

- No, es cuestión de tiempo que todos sepan de nuestra relación, no me importa.- hizo una pausa para tomar aire.- Si queremos crear un nuevo mundo, es mejor hacerlo desde el amor, que vean que el amor no nos hace débiles, si no es lo que nos fortalece.- reflexionó la Comandante. Clarke realmente se sorprendió nunca creyó que esas palabras fueran a salir de la boca de Lexa, había cambiado totalmente su forma de pensar.

- Lo conseguiremos, ahora estamos juntas y les haremos ver que podemos vivir en paz todos.- dijo Clarke convencida más que nunca que iban a vencer, tenían que hacerlo.- Me tengo que ir, mi madre debe estar esperándome en enfermería.

Lexa asintió, ella también tendría obligaciones esa mañana, así que era el momento de separarse. Clarke salió de la tienda para dirigirse a su habitación, darse una ducha y cambiarse de ropa. Observó como algunas miradas curiosas tanto de los terrestres como de los suyos se fijaban en ella, pero no le importó y siguió con paso decidido. Era tarde, tendría que estar ya en la enfermería, su madre no le iba a reprochar su falta de puntualidad, no estaba obligada a ayudarla en la enfermería, pero sí que era cierto que le gustaba estar allí y aprender todo lo posible de medicina. Había encontrado su sitio en la nueva Arkadia y esperaba que la guerra acabase pronto para poder centrarse únicamente en su vocación y en empezar una nueva vida con Lexa. Cuando llegó a la enfermería su madre fijó su mirada en ella, estaba poniendo el suero a un paciente.

Un Mundo Nuevo [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora