Un Mundo Nuevo [Clexa]

27. Una nueva esperanza

La principal preocupación de Clarke era la cantidad de sangre que Bellamy había perdido. Le habían hecho diferentes transfusiones pero no se acababa de recuperar y ya llevaba un día así. Cuando lo habían traído estaba prácticamente en shock, pero habían conseguido estabilizarlo. Lo malo es que estaba estable, pero muy grave y débil. No sabía si conseguiría recuperarse. El brazo ya no le preocupaba tanto, le habían curado la herida y le habían desinfectado y limpiado la zona. Había sido imposible reimplantarle el brazo, a pesar de haberlo recuperado, cuando llegaron era muy tarde y hubiese sido inútil.

Octavia se pasaba casi todo el día a su lado, mientras que Clarke iba y venía. No quería impedirles tener la intimidad que necesitaban y ella también debía descansar algo. No creía que la situación del joven fuese a cambiar de un momento a otro.

- Siempre ha intentado protegerme y cuidarme.- murmuraba Octavia mientras Clarke le hacía las curas.- Desde pequeños, siempre ha sido mi protector.- esbozó una sonrisa triste.- Llegó un punto en que me cansé y creía que solo quería controlarme, pero me equivocaba, siempre ha querido protegerme- hizo una pausa.- Si sale de esta, nos tocará cuidarle a él.

- Va a salir de esta Octavia.- afirmó con rotundidad Clarke, que no valoraba otra opción.- Y vamos a estar a su lado para ayudarle en lo que necesite.

Ambas se giraron al escuchar como alguien entraba atropelladamente a la habitación, era Raven, iba acelerada, tropezándose con todo, y con una sonrisa en el rostro. Las dos chicas la miraron con mala cara al haber roto el silencio y la tranquilidad de la sala. En las habitaciones había más gente herida y enferma que necesitaban descansar.

- ¿Te has vuelto loca Raven o estás probando una nueva forma para despertar a los que están inconscientes?- preguntó la rubia de malos modos.

- Perdonad.- se disculpó al verse cuestionada tanto por Clarke como por Octavia.- Pero tenéis que venir, hemos encontrado la forma para derrotarles de una vez por todas.

Clarke hizo el ademán de seguir a Raven, pero se detuvo para mirar a Bellamy, había terminado con las curas, pero no quería dejarle solo.

- Ve tú, Clarke, no te preocupes yo me quedo con mi hermano.- intervino Octavia, viendo las dudas de la rubia.

Clarke había supuesto que Octavia también quería ir a escuchar la manera que habían encontrado para detenerles, pero la chica prefería quedarse con su hermano. Así que se marchó con Raven, no sin antes, pedirle a Octavia que la avisara ante cualquier cambio en el estado de Bellamy. Fueron hasta la que habían designado como sala de reuniones y ahí estaban Jasper, Murphy, Roan y Lexa, que la miró fijamente a lo que Clarke hizo lo mismo hasta que se vio obligada a desviar la vista. En el centro había un pequeño ordenador portátil que supuso que era de Raven. No había nadie más, habían perdido a todos los líderes y el que estaba ejerciendo de canciller en funciones, Bellamy, estaba herido. Por lo que había escuchado decir de Octavia, la gente se estaba empezando a plantear muy seriamente el marcharse a la estación espacial con el resto de la población. Los que se habían quedado, lo habían hecho con la idea de ser útil en la lucha, pero se estaban desanimando al ver que cada victoria en el campo de batalla, no era relevante, y la Élite no se resentía por ello. Así pues, esperaba que Raven tuviera razón y hubiesen encontrado la forma de vencerles, en caso contrario tendrían que abandonar definitivamente todo por lo que habían luchado y sacrificado durante tantos años. La primera en hablar fue la ingeniera que giró la pantalla del ordenador para que todos pudieran verla. Cuando se encendió se vio a Monty. Tenía buen aspecto, no como el que seguramente lucían todos ellos.

- Ya puedes, Monty.- le dijo Raven para que empezase.

- Raven y yo llevamos varios días investigando sobre la Élite, aquí hay información muy interesante sobre ellos y hemos estado estudiando su manera de funcionar.- empezó el asiático.- Cuando pude acceder a su red informática, me llevé una grata sorpresa al ver que quien controlaba todo el sistema era nuestra vieja amiga Allie.