Capítulo 37

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El plan que teníamos después del sushi no se concretó. Dan lo intercambió por una siesta, dijo que se sentía muy cansado y que necesitaba recargar energía durmiendo un rato. Y yo, yo en verdad que no quería dormir pero no me quedó de otra más que irme a la cama con él de una forma en la que no quería.

A pesar de que al principio parecía una nap date más, no pude dormir realmente a su lado. Mantenía los ojos cerrados pero no estaba dormida, solo estaba pensando en lo que pasó después de la llamada, en el cambio de actitud que tuvo hacia conmigo. Terminó de comer, recogió los empaques y los tiró a la basura. Acto seguido, dijo que no tenía ganas de salir a la farmacia, que tenía mucho sueño y que prefería dormir un rato porque se siente demasiado agobiado. No por su proyecto del grafeno, lo sé, se sentía agobiado por mí y por la llamada y por todo este enredo, porque estoy más que segura de que no me creyó al decirle que Mr. Big era Oliver. ¿Qué mierda pasa conmigo? ¿Por qué cambié su nombre de mi lista de contactos? Parece que estoy escondiendo algo cuando la realidad es que entre Matías y yo no pasa nada.

Lo sentía moverse, de un lado a otro intentando acomodarse en su cama, pero al parecer tampoco podía conciliar el sueño. Sé que se paró de la cama porque de repente se sintió más ligera, entre abrí los ojos solo para verlo tomar su celular intentando «no despertarme», me sentía fatal. En verdad que no quería mentir pero tampoco es que pueda cortar comunicación con él tan de repente aún con Tristán en el hospital.

Cerré los ojos cuando vi que venía de regreso a la cama, se sentó y escuché sus dedos moverse y golpear la pantalla, tiene activo el sonido de las teclas así que me di cuenta de que mandó un par de mensajes. Después, se puso de pie de nuevo y salió de la habitación, solo así pude incorporarme a la cama. Nunca me había sentido tan incómoda en este lugar como me estoy sintiendo ahora. Quería llorar pero al mismo tiempo me sentía molesta, ¿acaso él no habla con Paula de vez en cuando? ¿Qué no la acompañó al hospital cuando su padre se puso mal? ¡Por Dios! La ha visto recién y yo no le armé tal drama como él lo ha hecho desde el concierto.

Oh... Ha regresado y no he podido hacerme la dormida, ya se dio cuenta que no es el único que tuvo problemas para conciliar el sueño.

—¿Tampoco puedes dormir?

—No. No puedo, no puedo continuar así. —Me dice, sentándose en la orilla de su cama—. Lo siento.

—¿De qué hablas?

—Sé que era Matías el que te habló hace rato, no era Oliver. Para empezar, eres pésima mintiendo, cuando mientes hablas mucho más lento y tiendes a tocarte mucho la cara y si mal lo recuerdo, a esa hora Oliver todavía seguía en el call center así que es imposible que haya sido él. ¿Por qué me mentiste?

—Porque la última vez que viste su mensaje en el concierto te molestaste bastante.

Se negó sutilmente con la cabeza, dejó de mirarme, prefirió mirar sus manos antes de que tener que verme a los ojos.

—¿Ahora vamos a comenzar a mentirnos Anette? Me molesta mucho más que me mientas que un mensaje.

—Lo hice para no incomodarte.

—¿Poniéndole apodos para que no me dé cuenta que se trata de él? Lo haces como si estuvieras escondiendo algo.

—No, no, no. Te juro que no tengo nada que esconder, si tanta desconfianza te da entonces ten mi celular, ve cada mensaje, te darás cuenta de que nada de lo que hemos hablado es importante.

Tomé mi teléfono y fui hasta él, abrazándolo por detrás y poniendo el celular cerca de él para que lo tomara. Por supuesto que se negó, me lo regresó de inmediato y al mismo tiempo se deshizo de mi agarre, poniéndose de pie, mirando hacia el pequeño armario.

Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Where stories live. Discover now