Amor Y Tiempo. [Castiel x Nathaniel]

35.- Playa.

Nathaniel se estiró al bajar del camión. Castiel y los demás habían empezado enseguida a revisar que todo estuviera bien.

Observó el bar donde sería, hace un tiempo ahí había estado con Castiel y las personas de la universidad. Sonrió al notar cuanto habían cambiado las cosas en tan poco tiempo.

- ¿Todo bien?

El rubio observó a Damian.

- Si.

- Bien... - Damian observó que Castiel se había alejado hacia Alejandro y observó a Nathaniel. - No quiero problemas.

- Somos dos. - Nathaniel sonrió nervioso.

- Sabes a lo que me refiero.

Ambos se observaron.

- Las cosas no son cómo cuando tú eras el cliente número uno de Jason. - Nathaniel se cruzó de brazos. Había tardado en reconocer a Damian, pero ahora entendía por qué no lo quería.

- Arruina esto y Castiel lo pagará.

Damian caminó tranquilo hacia sus amigos.

Nathaniel suspiró y sacó su móvil.

- ¿Mandé? - Amber contestó alegre.

- ¿Y Armin?

- ¿Armin?

Nathaniel volcó los ojos.

- Es su celular.

- ¡Oh! - Amber rió nerviosa.

- ¿Qué pasa? - Armin tomó el móvil.

- Estoy en la fiesta de Castiel... ¿Pueden venir?

- ¿Crees que es buena idea que Amber vaya?

- ¿Por qué no?

- Por el... Ambiente. - Armin habló un poco más nervioso.

- ¿Amb...? - El rubio abrió los ojos de golpe. - ¿¡TE CONTÓ!?

FLASH BACK.

Amber forzó una sonrisa al ver a Armin al abrir la puerta.

- Hola.

- Ho-ola... - Amber desvió la vista.

- Eh... - Armin sonrió nervioso. - Me quedaré un rato aquí... Y pensé... En ... Continuar con esto...

- ¿Continuar? - Amber ladeó la cabeza.

- ¿No hay nada que continuar? - Armin soltó asustado.

Amber no pudo evitar sonreír más relajada.

- Ambos sabemos que si lo hay.

- Oh... Por un momento me asusté. - Armin suspiró exagerado.

- Pero... - La rubia habló. - justo ahorita es un mal momento...

Armin ladeó la cabeza.

Había estado veces antes ahí. ¿Por qué ahora la rubia actuaba así?

Abrió la boca decepcionado.

- Tienes compañía...

Amber observó adentro.

- Yo...

- ¡Está bien! - Armin sonrió intentando fingir que estaba bien. - Tú y yo no somos nada después de todo ¿No? Puedes hacer lo que quieras, con quién quieras... Eres preciosa... Claro que no ibas a estar sola... - se dió media vuelta. - Ahora regresaré a mí patética habitación de hotel... A ser patético... Y jugar... De forma patética. - Rió nervioso. - Descansa.