13.- Datos.

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Castiel se deshizo de su playera y la corbata. Después se encargó de la chaqueta que llevaba el rubio.

Volvieron a besarse mientras Nathaniel se quitaba todos sus anillos y desabrochaba un poco el pantalón de Castiel.

El pelirrojo se levantó, se deshizo de sus zapatos, Nathaniel hizo lo mismo sentado.

Se tomaron de la mano y se besaron.

Castiel los guió como pudo hasta la recamara.

Tiró al rubio en su cama, este enseguida se incorporó un poco para sacarse la playera.

Castiel sonrió.

No recordaba ninguna vez que una persona le hubiera gustado tanto.

Se quitó el pantalón y el boxer sin más y se subió en el rubio, quién lo recibió alegre. Castiel empezó a desabotonar el pantalón del rubio mientras éste le devoraba el cuello.

El pelirrojo se alejó y le bajó sus últimas dos prendas de una vez.

Se volvieron a besar, mientras Castiel se hacía paso entre las piernas del rubio, quién bajó sus manos, tomó la parte sensible de Castiel y la empezó a masajear, haciendo que este volcara un poco la cabeza y dejara escapar un gemido grave.

Nathaniel sonrió.

-Ahora verás - Castiel sonrió divertido antes de entrar en el rubio.

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Nathaniel abrió los ojos debido a un rayo de luz en su cara.

Entre cerró los ojos rápidamente y se incorporó un poco. Enseguida sintió el dolor en su parte baja. Hace mucho no había tenido una noche tan salvaje... Y hace aún más tiempo no estaba con un hombre.

Recordó con que hombre había estado ayer y observó al lado.

Castiel no estaba.

Suspiró. ¿Que había sido lo de ayer?  ¿Ahora que le diría a Castiel?

Observó la habitación. Estaba raramente limpia, exceptuando la ropa de ambos, tirada por todos lados.

La puerta se abrió y Nathaniel se tapó hasta el pecho con la sábana por autoreflejo.

Castiel sonrió y caminó hasta él. Solo traía unos pantalones deportivos.

Le tendió un baso de agua y una pastilla.

-¿Qué es?- Preguntó el rubio.

-Un analgésico.

-¿Para?

Castiel sonrió burlón.

-Por los ruidos que sacaste ayer... Pensé que lo necesitarías.

-¡Eh!- Nathaniel tomó el vaso y la pastilla y se los tomó lo más rápido que pudo.

Castiel se sentó en la cama, tomó el vaso cuando el rubio terminó y lo dejó en la mesa de noche.

Un silencio incómodo se posó en el lugar.

Nathaniel tenía la cabeza revuelta, pero no por resaca. No lograba entender cómo había sido tan débil y estúpido. Su plan de alejarse de Castiel antes de que las cosas se complicaran iba bien... Y ahora...

-Castiel...

El pelirrojo lo observó.

-Perdón.

-¿Qué?- Nathaniel lo observó sorprendido.

Castiel suspiró.

-Ya me oíste, perdón por todo lo que he hecho para molestarte desde que nos conocemos. Han sido muchas cosas... Perdón.

Amor Y Tiempo. [Castiel x Nathaniel] Where stories live. Discover now