Amor Y Tiempo. [Castiel x Nathaniel]

18.- Planes.

Castiel abrió los ojos sorprendido al contacto del rubio pero no puso resistencia, rápidamente le contestó el beso. 

Nathaniel separó su mano de la mano de Castiel, para recorrer su pecho y bajar a la entrepierna.

El pelirrojo sonrió y bajó sus besos al cuello de Nathaniel.

Duraron así, devorándose un largo rato. Nathaniel se alejó un poco y se quitó la chamarra y la playera. El pelirrojo sonrió y le dio un ligero empujón para hacerlo caer en el sillón, se quitó la playera, se desamarró el cabello y saltó sobre el chico para hacerlo suyo, ahí, en la sala.

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Cuando Castiel terminó, se alejó de Nathaniel y ambos se tiraron a la alfombra intentando recuperar la respiración. Eso había sido muy fuerte y salvaje para ambos.

El rubio observó su chamarra y la tomó para taparse su entrepierna. Se sentó recargado en el sillón y tocó la alfombra con sus manos.

-Linda alfombra.

Castiel sonrió.

-Gracias por arruinarla.

Nathaniel volcó los ojos.

-¿La arruiné solo?

-No, en serio, gracias por eso... el rubito se sabe lucir.- Siguió en tono burlón.

Nathaniel solo alzó la vista al techo sonriente.

Se quedaron en silencio un largo rato, hasta que el calor pasó y el frío del suelo los hizo vestirse.

Nathaniel se puso la chamarra y observó por la ventana, ya había oscurecido. 

-Me voy.

Castiel asintió.

-Sal...

-Por atrás, lo entendí.- Nathaniel sonrió burlón.- Las chicas con hormonas desatadas y mal gusto musical podrían verme.

-¿Mal gusto? ¿Tú que escuchas? ¿Reggueton y electrónica? 

Nathaniel negó.

-Otra cosa que no te diré.

-Porque escuchas eso.

-Adiós Castiel.- Sonrió y caminó a la puerta trasera, Castiel lo siguió y se recargó en la barra de la cocina. Nathaniel volteó a verlo.- Hablaré con Amber... haré que se atienda.

El pelirrojo asintió.

-Buena idea.

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Priya entró a la facultad de artes y enseguida se dirigió al aula de composición. La chica no era mucho de meterse en la vida de la gente, pero Castiel había estado más raro de lo normal.

Siempre se había llevado bien con él, le gustaba su música y cuando tuvo esos cambios de personalidad, se habían acercado más, pero últimamente estaba muy perdido y el que defendiera a Nathaniel había sido suficiente para que se preocupara de verdad.

Observó dentro del aula y notó a Castiel ya solo, tocando la guitarra al azar para sacar alguna melodía mientras apuntaba las que le gustaban.

Entró y le sonrió.