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Año 850

Los días dentro de aquella cabaña comenzaban a hacerse cada vez mas aburridos para Armin, puesto que sus únicos trabajos eran limpiar y ayudar con la comida. Armin no se consideraba a si mismo un gran maestro culinario mas sin embargo había recibido varios cumplidos de Jean y Sasha acerca de su comida. Por parte de la castaña no podía fiarse demasiado de su opinión, ya que siempre hallaba sabrosa cualquier cosa que se fuera comestible. Jean, por otro lado, desde que lo conocía, era un tanto melindroso con la comida por lo que no podía evitar sentirse halagado cuando el joven hacía ruidos extraños saboreando su comida y le repetía lo buena que sabía su cocina.

En consecuencia, principalmente debido al aburrimiento, Armin solía preparar una porción mas grande para Jean y Sasha en agradecimiento por sus cumplidos. Esta acción paso desapercibida por todos, a excepción de Eren, quien convenientemente solo le presto atención a la comida extra que le daba a Jean.

Eren aún no había tenido el tiempo de preguntarle a Armin sobre ese detalle debido a lo atareados que habían sido sus días, lo cual hacía que tuviera una nueva cosa por la cual preocuparse. El castaño se sentía desfallecer con cada día más que pasaba, puesto que sus días solían resumirse en que durante las mañanas tener que ver como Jean le restregaba en la cara su doble porción (no lo hacía, pero Eren interpretaba cualquier tipo de acción como si lo estuviera haciendo), después tener que entrenar en su forma titan, que solía dejarle tan cansado que terminaba por dormir hasta la tarde, y por si fuera poco en las noches apenas tenía tiempo para hablar con Armin como solía hacerlo siempre.

Ahora mismo eran al rededor de las ocho de la noche, el moreno había hecho el esfuerzo de levantarse antes de que Armin fuera a la cama para poder pedirle un favor.

Recientemente Eren, quien había estado pasando un rato solo, había aceptado sus sentimientos hacia Armin, pues negarlos hacia que estos solo aumentaran y fueran mas difíciles de controlar, haciendo la situación incluso mas compleja puesto que Eren nunca había tenido mucho autocontrol sobre lo que sentía.

—¡Armin! Ahí estas, mira lo que encontre en el bosque— dijo energeticamente mostrandole un viejo reloj de bolsillo, que a pesar de verse dañado tenía cierto toque místico. Eren sabía que ese tipo de objetos raros eran del agrado de Armin, pues le permitían crear una historia imaginaria basandose solo en su apariencia.

—Vaya, debe de haber permanecido por mucho tiempo ahí— respondió Armin tomando el objeto entre sus manos. Le echo varios vistazos con la intención de no tener que toparse con la mirada de Eren, la cual le cohibía bastante.

Sorprendentemente Armin, quien había demostrado tener mucha más inteligencia emocional que Eren, seguía convencido que lo mejor era enamorarse de alguien más y olvidarse de Eren. Pero, su primera opción, quien era Historia, ahora pasaba mas tiempo con Eren y parecían llevarse muy bien, lo cual no pasaba antes. Posiblemente debido al cambio repentino de la rubia, pues ahora era mucho mas directa y sincera con lo que sentía, a veces inclusive parecía irreal que la dulce "Khrista" dijera las cosas como lo hace la Historia de ahora .

Armin no pudo evitar relacionar esta situación con la que habían tenido anteriormente con Annie, ya que Historia también era rubia y Eren había comenzado a hablar con ella desde que empezó a ser mas directa sin importarle lo que pensaban los demás, tal y como la otra rubia lo hacía. Definitivamente era un patrón.

—Si que pareció gustarte, me alegro de haberlo traído— habló Eren con orgullo al notar como su amigo se había quedado un buen rato mirando el viejo reloj.

—¡Ah! Si, me ha gustado, es muy interesante— respondió cayendo en cuenta el tiempo que se había tomado tan solo mirando el reloj.

Eren sonrió tiernamente, buscando los ojos azul intenso de Armin, quien miraba a todos lados nervioso tratando de recordarse que eso no era correcto.

—Quisiera pedirte un favor.— pidió Eren sentándose en el borde de la cama de Armin. El rubio le respondió con una mirada curiosa. —Mañana la capitana Hange hara un experimento raro y me ha dicho que debo de estar relajado.

—Vaya, normalmente cuando te dicen eso siempre haces todo lo contrario— rio Armin haciendo referencia a viejos recuerdos que tenían juntos.

—¡Si! Y es por eso que me gustaría que me acompañes... Tu compañía me haría sentir mejor.

Armin se quedo callado, sintiendo como ese incomodo calor se hacía mas fuerte dentro de su pecho.

—¿A-acaso no sería mas adecuado que fuera Mikasa?— preguntó con un tono de voz mas bajo al habitual.

—Mikasa estará ocupada mañana— mintió, ni si quiera había visto a Mikasa en lo que quedaba de la tarde. A su vez reacomodo su postura sobre las blancas sabanas para evitar que Armin pudiera ver sus orejas, las cuales lo delatarían.

Armin normalmente solía descubrir todas las mentiras de Eren pero, convenientemente esta la creyó, ni si quiera se imagino que fuera falso. Por esta vez decidio ser fiel a sus propios deseos y dejarse llevar por la situación, además de que no tenía nada de malo acompañar a un amigo en un mal momento, Eren también lo había hecho varias veces y eso no significaba nada mas que amistad.

Después de aceptar Eren le agradeció a Armin, dándole detalles sobre donde y a que hora iba a ser. Por su parte castaño no podía estar mas orgulloso de si mismo, ahora era todo un "maestro del engaño".

—Por cierto, ¿que estará haciendo Mikasa mañana?— Eren se paralizo en su lugar al escuchar la pregunta, no estaba preparado para tanto.

—Yo que se, quizá limpiar o talar madera. —Armin quién hasta ahora no se había dignado a mirarle a los ojos ahora lo hacía, algo confundido por su respuesta —P-pero sabes que el capitán Levi siempre es muy estricto respecto a las tareas del hogar- se apresuró a decir.

—Es verdad... Pobre Mikasa, no solo ha ayudado en la cocina, si no también en las tareas mas pesadas y—...

—Si, pobre de ella- interrumpió Eren— Sera mejor irnos a dormir, mañana sera un día largo— dijo Eren dirigiéndose a su cama. El ya sabía que si se quedaba hablando mas terminaría por decir una estupidez que arruinaría su perfecto plan.

—Ten lindos sueños— dijo Armin, quien al cabo de unos minutos se arrepintió de haberlo dicho, pues normalmente solo se despedía con con "hasta mañana".

El castaño se acostó con una gran sonrisa al escucharle, deseando que fuera mañana, al igual que el rubio debajo de la litera.

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mmmmm, prdon x estar tanto tiempo sin actualizar y muchas gracias a los q aun siguen leyendo la historia, los quiero mucho <3

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⏰ Last updated: Aug 04, 2021 ⏰

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𝐒𝐎𝐋𝐈𝐀 𝐏𝐄𝐍𝐒𝐀𝐑 ¦ ereminWhere stories live. Discover now