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El moreno pasaba una y otra vez la mopa por el mismo sucio lugar que hace unos segundos Jean había ensuciado, maldecía mentalmente la falta de ayuda por parte de sus compañeros en el aseo de la casa.

Escucho la añeja madera crujir por las pisadas de alguien, no regreso la mirada para saber de quién se trataba pues el único que estaba en la cabaña era Armin.

Armin por su parte, salió de una de las habitaciones de la cabaña cabizbajo, quería eludir a toda costa otra situación incomoda con Eren así que solo le ignoro.

El moreno le miraba por el rabillo de el ojo, atento a cada paso que daba, se sentía avergonzado por haberle echo dormir con el, pero no había tenido la oportunidad para disculparse porque cada que Armin le veía salía de prisa como si su vida dependiese de ello o inventaba excusas, que hasta para alguien como Eren estas eran bastante fáciles de detectar como mentiras.

Por otro lado, el tímido rubio empezó a caminar a paso rápido hacia la salida, pero el ojiazul olvidó que el suelo acababa de ser trapeado. Sintió uno de sus pies deslizarse por el suelo, cerró sus ojos esperando el impacto de su espalda sobre la madera.

«¿Porque justo frente a Eren?» pensó avergonzado.

Cuando abrió los ojos se dió cuenta de que hubiera preferido caer al suelo.

Uno de los brazos de Eren sostenía fuertemente su cintura mientras con el otro seguía agarrando el trapeador, su mirada clavada en la suya con expresión de preocupación. -¡Te tengo!

El ojiazul no tardó mucho en salir de su trance para después zafarse de su agarre y disponerse a salir corriendo pero antes de que eso pasará escucho el golpe seco que ocasionó el palo de la mopa al caer contra el suelo. Sintió como la mano de Eren envolvía su brazo con su mano y tiraba bruscamente de el haciendo que el cuerpo de Armin volteara por inercia a su dirección.

-Perdón por... Lo de aquella noche.- soltó. -No debí de haberte hecho dormir conmigo, pero realmente estaba asustado y estar contigo me calma mas de lo que imaginas.

Su corazón se detuvo, simples palabras lograron asustarle más de lo que los titanes alguna vez lo hubiesen echo, era ridículo que un soldado se sintiera intimidado por una simple disculpa, pero no era la disculpa lo que le había inquietado, si no la razón por la que se disculpaba. Eren creía que estaba enojado y no era así, solo se sentía avergonzado y confundido.

-Yo... N-no- tragó saliva y cuando sintió su voz más tranquila volvió a hablar- Yo no tengo nada que perdonarte, es lo que los amigos hacen, de hecho no te he agradecido por los cuidados que tuviste conmigo esa noche.

Eren instintivamente tomo una fuerte bocanada de aire en un intento de ahogar un grito de sorpresa. El no había hablado con nadie sobre eso- No es nada- giro su cabeza hacia otro lado por unos segundos tratando de sacar todo el aire que se había quedado atrapado en sus pulmones.- Entonces... ¿ya no estarás evitandome?- pregunto volviendo a mirarlo.

Armin negó repetidas veces, Eren sonrió a la vez que soltaba el brazo de Armin de su agarre.

-¿Amigos de nuevo?- pregunto el castaño llevando su otra mano al hombro de el rubio, finjiendo una sonrisa mientras sentía su corazón hacerse añicos en su interior, lo cual lo dejó aún más confundido ¿que acaso no era así como siempre había visto a Armin?

-Los mejores- respondió aparentado la misma felicidad de su amigo.

Hubo un silencio de algunos segundos que parecieron siglos, la tensión se podía sentir entre ambos, a pesar de haberse "reconciliado" algo hacía que los momentos que compartían fueran incómodos.

- Bueno, seguiré limpiando.-hablo finalmente el castaño, recogiendo la mopa que había dejado caer al suelo.

-Puedo ayudarte, si quieres...- se ofreció a la vez que tomaba un trapo y lo colocaba en su cabellera dorada para evitar que el cabello se metiera en sus ojos- Debes de descansar más, dentro de unos días la capitana Hanji experimentara contigo.

-Es una buena excusa para no hacer la limpieza- respondió pasando un trapo húmedo a Armin- Pero no me gusta ver al capitán Levi molesto.

-Si... Realmente asusta, aunque insisto que debes descansar más, Eren.

-Lo haré, Armin. ¿Sabes? me gusta cuando te preocupas por mí...

-Todos aquí lo hacen- respondió mientras pasaba un paño húmedo por una polvosa repisa- Eres importante y no solo para mí.

Eren se giró dándole la espalda a su amigo rubio, ahora era él quien estaba incómodo y probablemente su rostro se empezaba a pintar de carmesí. Le dedico una mueca avergonzada e inmediato cambio de tema, aún sin olvidar aquellas palabras.

•••

𝐒𝐎𝐋𝐈𝐀 𝐏𝐄𝐍𝐒𝐀𝐑 ¦ ereminUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum