CAPÍTULO 37

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Narra Gerard:

Pasaron seis meses desde que el tour llegó a su fin y no había vuelto a ver a mi mejor amiga. Es cierto que hablábamos todos los días por teléfono aunque fueran solo un par de minutos, si ella tenía que ir con sus hermanos o nosotros a grabar algo al estudio. Pero no era lo mismo que verla en persona, no era lo mismo si no podía acariciarla, abrazarla o revolverle el cabello, cosa que me mataba lentamente por dentro.

Sí era cierto que hablábamos por Skype cuando teníamos más tiempo libre y cuando las horas nos venían bien, pero aún así no era lo mismo. Sobretodo porque Frank acordaba hablar con ella cuando yo no me encontraba muy disponible que se dijera.

Recuerdo el día en el que me encontraba en la ducha y entró este con el móvil mientras hablaba con ________.

Yo estaba tan concentrado tarareando una letra que llevaba tiempo pensado escribir que no me inmuté cuando Frank me pidió sonreír a la cámara. Pensando que estaba haciendo sus típicas estupideces de grabarme mientras estaba desnudo cantando en la ducha, pegué la cara contra la mampara y sonreí de la manera más horrible que puedes imaginar. Pero lo peor de todo era que la ducha era totalmente transparente y se me podía ver con claridad.

Frank comenzó a reír histérico pero como yo tenía jabón en los ojos no reaccioné como debía y seguí haciendo muecas extrañas contra el cristal.

Además de que me hice una súper cresta con el jabón antes de aclararme los ojos ya que el escozor era demasiado doloroso. Entonces cuando logré secarme por completo la cara y enfoqué la vista en un Frank tirado en el suelo revolviéndose mientras se partía de risa cual loco me percaté de que lo que sucedía, no era un simple vídeo. ¡Estaba hablando por Skype con ________! En ese momento estaba tan mortificado que lo único que pude hacer fue agarrarme a la tubería de la ducha, lo que fue un error fatal puesto que esta estaba ardiendo y de tal quemazón me caí de bruces en la ducha aumentando la risa de Frank y para mi sorpresa también la de la chica al otro lado del teléfono. Ella se encontraba completamente sonrojada de la cabeza a los pies y se tapaba en ciertos momentos lo ojos, pero no hizo nada por ocultar su extraña fascinación a verme desnudo, cantando y haciendo muecas tontas en la ducha.

Y sí era verdad que me confesó que estaba enamorada de mí, pero no lo veía como una posibilidad. Todavía no me creía del todo que ELLA precisamente estuviera colgada por alguien como yo, no le encontraba sentido. Y por más que me dijera que debía olvidarla puesto que lo nuestro estaba destinado al fracaso y que nunca saldría bien, me resultaba muy difícil.

Al principio creí que lo nuestro tendría futuro, pero pronto medité acerca de ello y llegué a la misma conclusión que. Si iniciábamos una relación todo acabaría mal y no seríamos capaces de volver a tener una relación de amistad, y eso sería lo peor que podría suceder en esta vida, perderla por completo.

Puesto que una vez viví creyendo que ya nunca la volvería a ver, podía asegurar que era un sentimiento horroroso y doloroso que prefería tener que evitar. Y bueno, lo más probable es que os preguntéis qué demonios me está sucediendo. Hace tan solo unos meses moría por ella y sufría día sí y día también porque mi amor no fuera correspondido, pero ahora parecía que estaba decidido a olvidarla, y así era.

Honorablemente puedo decir que mi salud mental se encontraba mejor que nunca y poco a poco estaba recuperándome de todos los problemas que amenazaban con hundirme en el pasado. Pero como bien sabía, siempre quedaban secuelas, y bien podrían haber sido las dos horribles cicatrices que habían quedado en mis antebrazos por el resto de mi existencia o las noches en vela meditando. Tuve que visitar a varíos psicólogos mientras grabábamos el álbum que hace tan solo una semana habíamos lanzado: Three Cheers for Sweet Revenge, y que ya había vendido miles y miles de copias.

I Miss You (Kellin Quinn y Tú)Where stories live. Discover now