CAPÍTULO 32

899 94 71
                                    


Me toma unos minutos recomponerme después de que el doctor Martin se ha ido, una parte increíblemente positiva de mí, me susurra que todo va a estar bien a pesar de que mi mundo esté hecho un caos.

Me siento sola, pero al mismo tiempo un arranque de optimismo se apodera de mí y me hace repetirme que tengo que encontrar la forma de salir de esta situación.

Doy un último respiro y la calma vuelve de nuevo a mi cuerpo. Pienso que mañana al fin es mi ceremonia de grado, que probablemente no asistir a esta escuela nunca más sea lo que necesito para avanzar, después de todo, fue aquí donde mi vida cambió por completo.

Me encamino a paso lento hasta el auditorio, Jenna se encuentra acomodando algunos asientos cuando llego, así que me apresuro a ayudarla.

—¿Dime que me toca hacer? —la chica voltea a verme con una capa de sudor alrededor de su frente.

—Ayúdame a poner las banderas en la tarima, están....

—Se donde están —respondo y corro hasta traspasar el telón para ir en la parte trasera donde se guardan las herramientas de utilería, abro el gabinete donde yacen archivadas la bandera de la escuela y la de la ciudad, éstas se encuentran dobladas, pero no parecen estar machucadas, así que camino con ellas hacía la tarima para poder izarlas a un lado de la estancia donde se llevará a cabo el grado.

—¿Jenna, crees que debamos llevarlas a una tintorería antes? —Pregunto mientras desdoblo una de ellas al tiempo que me dirijo a mi amiga, pero mis pies se detienen abruptamente al momento en que observo como los ojos de Jenna me miran con terror mientras Keins McGregor la tiene prendida del cabello.

El no está solo; Evan se encuentra justo detrás de él y sostiene un bate en su mano.

—Nos volvemos a encontrar Julia Daniels—exclama con una risa perversa, propia de él.

Corro hacia donde se encuentra y éste suelta a mi amiga provocando que caiga de mal modo al suelo, la alcanzo e intento levantarla, pero mis piernas apenas pueden responder a las órdenes que le envía mi cerebro.

—¡Mas les vale largarse de aquí, el vigilante podría llegar en cualquier momento! —les advierte Jenna parándose con dificultad.

—No te preocupes por eso—brama una voz estruendosa y desconocida a nuestras espaldas, Jenna y yo giramos sobre nuestros talones para encontrarnos con un hombre alto, robusto, de piel morena y cabello negro acercándose a nosotras acompañado por Jessica—Ya nos encargamos de él —termina de decir plantándose frente a nosotras.

Jessica luce gélida y nos escudriña a Jenna y a mi con la mirada.

—¿Cómo estás Julia? —expresa el hombre a su lado, su aspecto es tan funesto que logra erizar completamente mi piel en un instante—¿Me recuerdas? Hablamos hace un par de días.

—Víctor Kavanaugh...—recuerdo con la voz temblorosa.

—Exactamente, ¿te gustó el regalo que encontraste en la cocina? — saca de su bolsillo un cigarrillo y lo enciende para luego desprender una bocanada de humo que se esparce rápidamente en el ambiente, el olor es desagradable. —Lo hice para que tuvieras una idea de lo que te podía suceder si te seguías metiendo conmigo—señala—Creí que serias inteligente y que eso bastaría para que dejaras de meter tus narices donde no te importa.

—¿De qué está hablando, Julia? —pregunta con temor Jenna.

No soy capaz de responder, no soy capaz de moverme, no soy capaz ni siquiera de respirar con normalidad.

QUEMA ESTE AMOR  (COMPLETA ✓ ) (editando)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora